Todo lo que sucedió en el Buesa Arena durante el Baskonia-Efes es difícilmente explicable en el espacio que comprenden estas líneas, pero quizá se pueda resumir en dos palabras: carácter y magia. Tras la suspensión de Henry y la racha de malos resultados en las últimas semanas, la afición y sobre todo el equipo necesitaba una alegría y la encontró en una épica victoria en la prórroga para ver repetida mil y una veces contra el vigente campeón de la Euroliga (114-111).
Pierria Henry, que apareció sorpresivamente en el Buesa tras su suspensión y presenció el encuentro junto al lesionado Sedekerskis, fue el gran protagonista en el inicio del encuentro, aunque la atención pronto volvió a centrarse en lo que sucedía en la cancha, ya que el choque comenzó con un ritmo frenético por parte de ambos conjuntos. El conjunto gasteiztarra, con un quinteto inicial formado por Thompson, Howard, Giedraitis, Costello y Enoch, encontró una fuente de anotación en sus dos interiores, que se entendieron a la perfección durante los primeros minutos con Thompson mientras Howard se veía anulado por la asfixiante defensa de Beaubois y situaciones de dos contra uno planteadas por el cuadro turco. El resto de azulgranas, sin embargo, tuvieron mayor libertad y ambos equipos se fueron intercambiando golpes en un primer cuarto de posesiones muy rápidas y altísimo acierto que se cerró con un resultado de 29-28.
La segunda unidad, un tanto desaparecida en los recientes compromisos de los alaveses, realizó un buen trabajo para contener al Efes entre el final del primer cuarto y el comienzo del segundo, en el que Díez, Marinkovic y Kurucs aportaron puntos importantes para los gasteiztarras desde el perímetro. El duelo perdió ese ritmo anotador frenético del arranque, pero se mantuvo la misma igualdad en el marcador, que no reflejó en toda la primera mitad una diferencia superior a los seis puntos para ninguno de los dos equipos. Howard siguió sin encontrar la fórmula para superar a Beaubois, que se creció a partir de su defensa y amagó con romper el encuentro con dos triples consecutivos para su equipo (43-49). Afortunadamente, el Baskonia respondió con un mate de Enoch tras una preciosa combinación de pases y un triple de Costello que, en cualquier caso, no impidieron que el Efes se fuera al descanso por delante (48-51).
Un desenlace antológico
El paso por los vestuarios no sentó bien al Baskonia, que perdió la fluidez ofensiva de la primera parte y concedió demasiadas facilidades y concretamente a Larkin, que con dos triples y una acción de canasta y personal de Dunston logró romper esa barrera de los seis puntos de diferencia y forzar a un enfadado Peñarroya a pedir tiempo muerto con el 50-60. La charla del catalán despertó a los locales, que se volvieron a meter en el partido con un acelerón liderado de nuevo por el doble poste Costello-Enoch, asistidos por un Thompson que alcanzó dobles figuras en puntos y asistencias. Incluso llegó la primera canasta de Howard con un triple, pero no fue más que una excepción a la gran defensa de Beaubois, el mejor del Efes en ambos lados de la cancha. Un triple de Costello, que alcanzó su récord personal desde el perímetro en Euroliga, otro de Enoch y otro de Thompson acercaron al Baskonia a solo un punto con el 68-69, pero apareció la calidad de Micic y de Beaubois para que el Efes terminara ganando el tercer cuarto y marchándose al último con un 70-77.
El propio exterior francés estiró la diferencia a diez puntos con un triple al empezar el parcial decisivo, y los minutos comenzaron a consumirse sin que los azulgranas encontraran la fórmula para acercarse al vigente campeón de la Euroliga. Sin embargo, los que habían sido los mejores del Baskonia hasta entonces, Thompson y Costello, siguieron creyendo en la victoria y, ayudados por el impagable trabajo de Giedraitis bajo los tableros, encadenaron un parcial de 10-2 para reengancharse al partido (86-89). Apartir de ese momento, llegó la locura. La magia de Howard –mejor tarde que nunca– llegó a la cancha y ambos equipos comenzaron a anotar con un acierto inverosímil. Marinkovic igualó el choque con un triple, respondió Micic, luego, Howard, luego Larkin y finalmente Hommes para llevar el duelo a la prórroga (98-98). Pudo evitarlo el Baskonia en una última jugada, pero Clyburn le robó la cartera a Thompson.
Sin embargo, la noche aún le guardaba un momento de gloria al base estadounidense para hacer justicia a su fantástico partido de 19 puntos, 16 rebotes y 36 créditos de valoración. La lluvia de canastas continuó en el tiempo extrarreglamentario, que se abrió con un triple de Micic, pero una vez más el Baskonia no se vio intimidado por el enorme talento y la entidad del rival.
Costello se puso la capa de héroe ocho puntos en la prórroga, seis de ellos fundamentales para darle la vuelta al marcador de 108-111 con el que mandaba el Efes tras un triple de Larkin. El interior norteamericano tiró de los azulgranas y metió dos tiros libres para poner el 112-111. Beaubois, intachable hasta entonces, falló una bandeja y el propio Costello cogió el rebote y anotó dos tantos más desde la personal. En la última jugada, el balón le llegó a Pleiss, que se encontró con un tapón de Darius Thompson con el que se resarció de la última posesión del cuarto parcial y selló un triunfo azulgrana de los que se recordarán durante muchos años en Vitoria-Gasteiz. Nada pudo salir mejor.