La pandemia ya es historia y, con ello, los días de hermetismo y aislamiento del Baskonia han llegado a su fin. El conjunto azulgrana se ha dado esta tarde un baño de masas en su tienda oficial de la calle General Álava, donde la plantilla baskonista al completo, con la única excepción de Daulton Hommes, que se perdió el último compromiso contra el Panathinaikos por unas molestias en la rodilla, ha atendido y firmado autógrafos a los cientos de aficionados que se han acercado al local.
A las 19.15 horas, hora a la que citó el club a sus seguidores en la Baskonia-Alavés Experience Store, una larga cola de baskonistas que se prolongaba hasta la Plaza de la Virgen Blanca esperaba impaciente la llegada de sus ídolos al local, mientras la mascota del equipo Aker amenizaba la espera sacándose fotografías con los niños, niñas, jóvenes y no tan jóvenes que hacían cola desde, en algunos casos, más de una hora. La llegada de los jugadores se alargó un poco, pero a las 19.30 horas apareció el autobús del equipo por la calle General Álava, escoltado por varias motos de policía, y fue recibido por vítores y aplausos de quienes se encontraban más cerca de la puerta, mientras que los niños más impacientes corrieron para poder ver de cerca a sus ídolos bajando del autobús y chocarles las manos.
Buena muestra de la expectación generada por la primera firma de autógrafos de la plantilla al completo del Baskonia desde el inicio de la pandemia son los testimonios de Olga, Egoitz, Uxue y Lili, los primeros en llegar a la tienda para hacer cola. “Llevamos esperando desde las 18.00 horas, pero la espera se ha hecho corta en buena compañía y hablando de baloncesto”, explican. Ninguno de los cuatro, al igual que el resto de seguidores que asistió al evento, quiso perderse la oportunidad de que los jugadores estamparan una firma en algunos de los objetos azulgranas que guardan en casa con cariño: un par de banderas con autógrafos de jugadores de temporadas anteriores, una camiseta, una bufanda... De todo. “Es muy bonito que el club organice este tipo de actividades, ya solo falta que regrese el acceso a la zona mixta de los aficionados, como se hacía antes”, recuerda Olga. Cada uno tiene sus preferencias: Lili quiere la firma de Henry, Uxue conocer a los canteranos y Egoitz y Olga, autógrafos de los doce. “Ya que somos los primeros hay que aprovechar”, bromean.
Tras ellos, cientos de aficionados de todas las edades fueron desfilando hasta bien entrada la noche por las mesas en las que se sentaron los jugadores, recogiendo fotos firmadas, pidiendo autógrafos para todo tipo de objetos –desde balones hasta zapatillas– y aprovechando para tomarse fotografías o realizar vídeos junto a los miembros de la familia baskonista. En definitiva, una jornada inolvidable para todos y especialmente para los más pequeños, que abandonaron la tienda con una sonrisa de oreja a oreja en su rostro.