El Baskonia no hizo prisioneros y sumó ante el Armani Milán su sexta victoria en Euroliga en un partido en el que fue superior en todas las facetas a un rival muy tocado por las bajas, su crisis de resultados y su pobre rendimiento en el torneo continental. El buen arranque de los gasteiztarras, que construyeron una importante ventaja de 15 puntos en el primer cuarto, permitió a los de Peñarroya sacar provecho con ese colchón durante el resto del encuentro, en el que los italianos consiguieron imponer un ritmo de juego lento e incomodar al combinado azulgrana que, no obstante, demostró saber desenvolverse también en situaciones en las que hay que ponerse el mono de trabajo.
El partido comenzó con poco acierto por ambos conjuntos, incapaces de anotar durante los dos primeros minutos, en los que Hommes, que partió como titular junto a Thompson, Howard, Giedraitis, y Kotsar, cometió su segunda falta personal apenas un minutos después del arranque. Pese a ello, Peñarroya arriesgó, optó por mantenerlo sobre la cancha y resultó un acierto, ya que fue el encargado de prender la mecha del ataque azulgrana, con tres triples consecutivos con los que el conjunto gasteiztarra comenzó a poner tierra de por medio (11-5). Las carencias ofensivas que arrastra el Armani desde hace ya seis partidos comenzaron a salir a la superficie y mientras todos sus lanzamientos salían escupidos por el aro, el Baskonia aprovechó para encontrar canastas fáciles en transición y encadenar un parcial de 10-0 que ponía el partido de cara para los locales con el 24-9 en el electrónico al término del primer cuarto.
En el segundo, los italianos se propusieron llevar el partido al barro y bajar el ritmo de juego, algo que consiguieron durante buena parte del encuentro. De hecho, la primera canasta en juego de los gasteiztarras en el segundo parcial no llegó hasta superado el minuto cuatro, con una fantástica bandeja de Thompson. Hasta entonces, los italianos se acercaron gracias a dos triples consecutivos de Hall y Melli, aunque por el camino perdieron a Luwawu-Cabarrot, que tuvo que volver al banquillo con un prominente bulto en la cabeza tras golpearse con el parqué en una caída. Thompson cortó la sequía local y a partir de ahí ambos equipos se fueron intercambiando golpes, con protagonismo para el exbaskonista Voigtmann por parte visitante. Los de Messina llegaron a situarse a ocho puntos con una canasta de Melli, pero Dani Díez volvió a estirar la ventaja a los dobles dígitos para terminar la primera parte (38-27).
Amago de reacción visitante
Los mejores minutos del Milán, sin embargo, todavía estaban por llegar. Al regreso de vestuarios, Costello fue el primero en anotar, pero acto y seguido llegó un parcial de 0-8 favorable al conjunto visitante, liderado por un Brandon Davies mucho más preciso de cara al aro que en la primera mitad. De esta manera, se situaron a solo cinco puntos del Baskonia, que afortunadamente encontró respuesta en sendos triples de Darius Thompson y Markus Howard. Los azulgranas, que conseguían puntos con mayor facilidad que sus rivales pero no terminaban de romper el encuentro. Llegaron a situarse 53-37 arriba, aunque esa ventaja de 16 puntos volvió a caer con otro parcial de 0-8 con cinco tantos para Brandon Davies, por lo que a pesar de todo ocurrido y la sensación de superioridad local, se llegó al último cuarto con todavía opciones para los visitantes y un ritmo atascado que beneficiaba a los italianos (54-45).
En cualquier caso, pocas balas le quedaban ya a un Armani mermado psicológicamente y con la enfermería llena. Baldasso acercó a los de Messina a ocho puntos con su segundo triple, pero entre Thompson y Henry, que compartieron minutos en cancha durante gran parte del último cuarto, se encargaron de enterrar cualquier opción de remontada para los italianos. Los dos bases estadounidenses se entendieron a la perfección, se regalaron canastas el uno a otro y anotaron 12 puntos seguidos para su equipo frente a los únicamente tres del Milán, obra de un triple de Hall. De esta manera, a cinco minutos y medio para la conclusión el marcador reflejaba ya un 68-51 que permitió al Baskonia jugar con tranquilidad el tramo final del encuentro. El Armani tiró la toalla, creció la desesperación en sus jugadores y en el propio Messina, a quien se le señaló una técnica por protestar, y el Buesa Arena disfrutó con el triunfo ya amarrado.
Finalmente, los alaveses se impusieron por un 78-62 que reflejó la diferencia en el momento de forma y motivación con un Armani que acumula ya siete derrotas consecutivas.