El Banco Central Europeo (BCE) cuestiona seriamente distintos aspectos del impuesto temporal que el Gobierno quiere imponer al sector bancario al considerar que el gravamen podría llegar a poner en peligro una transmisión fluida de las medidas de política monetaria, añadiendo que el importe del mismo podría no ser proporcional a la rentabilidad de las entidades y expresando la importancia de que pueda repercutirse a los clientes.
En su dictamen, publicado ayer, el BCE recuerda que, desde el punto de vista de la política monetaria, si bien los ingresos netos por intereses de los bancos suelen aumentar a medida que aumentan los tipos de interés oficiales, este efecto puede compensarse con un menor volumen de préstamos, así como por pérdidas en la cartera de valores y aumentos en las provisiones como consecuencia del deterioro de la calidad de la cartera de crédito.
Numerosos riesgos
De esta manera, advierte de que la materialización de riesgos a la baja en el entorno actual puede reducir de manera significativa la capacidad de pago de los deudores y, por lo tanto, el efecto neto de la normalización de la política monetaria sobre la rentabilidad de las entidades de crédito “podría ser posiblemente menos positivo, o incluso negativo, en un horizonte temporal prolongado”.
De hecho, apunta que, dado que la determinación de los destinatarios del gravamen temporal atiende a los ingresos totales por intereses y comisiones correspondientes a 2019, es posible que estas entidades registren unos beneficios bajos o pérdidas en el momento en que se recaude de forma efectiva el gravamen.
En el caso español, el BCE advierte de que la consideración de una entidad de crédito afectada como obligado al pago del gravamen temporal mientras registre pérdidas netas, distorsionaría significativamente y perjudicaría la resiliencia. “Además, la aplicación del gravamen únicamente a determinadas entidades de crédito españolas podría falsear la competencia en el mercado y perjudicar la igualdad de condiciones tanto dentro del país como en toda la unión bancaria”, añade.
No trasladable
De este modo, el BCE recomienda que la propuesta legislativa vaya acompañada de un análisis exhaustivo de las posibles consecuencias negativas para el sector bancario, detallando su impacto específico sobre la rentabilidad y sobre las condiciones de competencia en el mercado, de manera que se garantice que su aplicación no plantea riesgos para la estabilidad financiera, la resiliencia del sector bancario y la concesión de créditos.
Además, en opinión del BCE, una disposición genérica que establezca que el gravamen temporal no puede trasladarse a los clientes de las entidades de crédito “podría generar incertidumbre”. A este respecto, el BCE recuerda que espera, en general, que las entidades de crédito, de conformidad con las buenas prácticas internacionales, tengan en cuenta y reflejen en los precios de los préstamos todos los costes pertinentes, incluidas las consideraciones fiscales cuando proceda. Por otro lado, el BCE señala que debe aclararse qué mecanismos de verificación tiene previsto aplicar la CNMV para garantizar el cumplimiento de este requisito, ya que “parece difícil diferenciar si el gravamen temporal se trasladaría de forma efectiva a los clientes o no”. – Efe
INFORME
Dictamen
costes. El BCE recuerda que espera, en general, que las entidades de crédito, de conformidad con las buenas prácticas internacionales, tengan en cuenta y reflejen en los precios de los préstamos todos los costes pertinentes, incluidos los fiscales.
Fiscalidad
TRIBUTO El impuesto que plantea el Gobierno a los ingresos de la banca por márgenes, intereses y comisiones afectará a las entidades que recauden más de 800 millones anuales por estos conceptos, y consiste en un gravamen del 4,8% de estas partidas.