La Real cumplió con el trámite de la primera eliminatoria copera, el llamado encuentro simpático. Ganó por cuatro tantos de diferencia y entrará mañana en los bombos del nuevo sorteo de eliminatorias. Si no hace mucho era en Becerril de Campos donde se vivía una jornada especial, ahora en las Canarias tocaba en suerte la Vega de San Mateo, un pueblo pequeño a 850 metros de altura, donde suenan las isas, los timples y las bandurrias y se vive en inmensa tranquilidad. Antes del momento que protagonizaron ayer los casi ocho mil habitantes, las gentes ilustres de la población destacaron por la creatividad, en pintura y en literatura. Ninguno más famoso que el Panadería Pulido. El equipo de fútbol del pueblo protagoniza una revolución mediática e histórica. Anoche pudo hacer caja y disfrutar del Insular. Quizás no jueguen nunca más allí, pero nadie les quitará lo bailao. Imanol y los suyos respetaron al rival, un equipo entusiasta que no olvidará nunca este día. Tampoco el equipo guipuzcoano.
No muy lejos de allí, los habitantes de otra isla llevan dos meses entre temblores, volcanes, lavas, aires contaminados, ríos de fuego, catástrofes, pueblos desaparecidos, negocios arruinados y todo lo que los medios de comunicación ponen a nuestro alcance cada día. En La Palma vive un equipo de fútbol, CD Mensajero, que horas antes que la Real disputara su partido de Copa, cayeron eliminados ante el Zaragoza por la mínima, a falta de diez minutos en una acción de balón parado. Por cierto, el guipuzcoano Gorka Sagués fue el árbitro de la contienda y contó con la suerte de encontrar el aeropuerto operativo.
Este equipo milita en la 2RFEF y el pasado fin de semana recibió a la AD Ceuta. Perdieron (1-3). En las filas del conjunto visitante milita el elgoibartarra Mikel Gurrutxaga, un central de buen cuño al que convivencia permite descubrir más a la persona que al futbolista. Es algo que valoro y me parece mucho más trascendente y duradero. Formaba parte de la expedición ceutí. Viajó con su equipo hasta la referida isla. A veces nos quejamos de vicio. El periplo del equipo caballa partió de Ceuta, en barco hasta Algeciras para cruzar el estrecho. En el puerto les esperaba un autocar que les condujo hasta Jerez de la Frontera. Allí se subieron a un avión que les dejó en Tenerife Norte-Los Rodeos. Pernoctaron y les tocó madrugar mucho para trasladarse al puerto de los Cristianos en el sur de la isla.
Zarparon en un barco hacia La Gomera antes de continuar hasta Santa Cruz de la Palma. Cinco horas sobre al animoso trajín de las olas que lograron un mareo colectivo en buena parte de la expedición. Echaron hasta la primera papilla. El aeropuerto de la isla estaba cerrado por razones de polvos y cenizas, con el riesgo que ello supone para la navegación aérea. Aquel estadio no es un campo fácil para ganar como pudo comprobar ayer el Zaragoza. Por eso, la victoria les vino como anillo al dedo para emprender el viaje de vuelta. No se diferenció demasiado del de ida. Eso sí, les dio tiempo a comprobar la realidad del volcán en erupción, desde la distancia, recibiendo la información de un vulcanólogo que les explicó la magnitud de la tragedia. Me apetecía contaros esta historia porque esto también es fútbol y pertenece al guión de las clases humildes del deporte.
Al pobre Jon Guridi le atacó una gastroenteritis el día en que probablemente hubiera sido titular. El partido ofrecía esa opción, al igual que a los más jóvenes y menos habituales. Jon Ander Olasagasti, que jugó en Tenerife el pasado fin de semana con el Sanse, volvió a la isla vecina con el primer equipo. Supongo que no le dan miedo los aviones, ni los rivales porque para él también fue un día histórico. Debutó el 1 de diciembre, se escribirá en su biografía. Era previsible que, conociendo al técnico, la Real saliera enchufada, tratando de marcar pronto y evitarse sustos impropios de su nivel.
En efecto, a los siete minutos de juego ya disponía de dos tantos de ventaja. Uno, por la porfía de Portu que lograba romper la sequía que le acompaña desde el inicio de temporada. El otro, un disparo de Aihen Muñoz con la pierna derecha que es la mala del lateral de Etxauri. Creo que es el primer tanto que marca como jugador de la primera plantilla. El equipo amainó. Trató de gestionar la ventaja, sin correr ni riesgos, ni despreciar al rival. Los canarios lo daban todo, multiplicando esfuerzos para sujetar al oponente, impidiendo la comodidad en el juego y en los pases. Apenas inquietaron la meta de Ryan. Fueron minutos de largo letargo que aproveché para zascandilear por el mundial de balonmano femenino, la marcha del resto de eliminatorias, el partido del Bernabéu y el derbi de Liverpool entre el Everton y los reds.
Mientras arreciaba el chaparrón en este territorio, Sorloth quitó el envoltorio a un caramelo que Aihen le puso con un centro divino de la muerte después de una de las pocas jugadas de nivel. Para entonces, en el descanso, Zubimendi sustituyó a Guevara quizás porque Imanol cuenta con los dos para el encuentro del sábado que ya ha agotado las entradas a la venta. Con tres tantos de ventaja, trajín de cambios. Isak, Oyarzabal, Djouahra pisaron césped y aumentó el ritmo de producción. El francés de Bourgoin-Jailleu lograba el cuarto, de tiro cruzado tras impecable reverso y pase del delantero sueco. Y aquí se acabó todo, porque las ocasiones posteriores las desbarató el meta local Guanche. Al final, guerra por conseguir camisetas de los txuri-urdin, saludos deportivos y a otra cosa mariposa.
Apunte con brillantina. La empresa Panadería Pulido dispone de una página web. Entré para fisgar un poco. ¡Oye, ni tan mal! Buena pinta de los queques de turrón y chocolate, y sorprendente el pulicake de zanahoria o las tartas de queso y de manzana. Y no sigo, porque a la hora de escribir no he cenado todavía y me puedo comer el ordenador viendo las fotos de los productos que elaboran.