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El BEI ya rueda por Vitoria

El BEI

El bus eléctrico (BEI) ha cumplido su primer mes sobre el asfalto familiarizándose con el recorrido y el resto de actores del tráfico en la ciudad para su progresiva puesta en servicio y relevar a los vehículos propulsados con diésel en la línea Periférica de Tuvisa. De la expectación mediática de aquella primera jornada de pruebas, el 12 de enero, y la sorpresa de los usuarios, se ha pasado a la más absoluta rutina e interiorización de los trayectos de un punto a otro de la ciudad a bordo de los futuristas vehículos de la firma guipuzcoana Irizar.

Las unidades de prueba se han sumergido en las calles de Vitoria para recorrer los más 10 kilómetros de itinerario, atravesando 14 barrios, y ofreciendo servicio a más de 120.000 potenciales viajeros. En el radio de acción de su itinerario quedan equipamientos muy demandados como el edificio de consultas externas de Txagorritxu, la estación de autobuses, el campus universitario o diversos centros educativos. Estas pruebas de estrés, como se las denomina técnicamente, están sirviendo para conocer el comportamiento de los convoyes en condiciones reales de circulación y de la amalgama de sistemas que llevan integrados en su mecanismo.

Rebaja de 12 minutos por vuelta La primera y más relevante conclusión es la sensible bajada en los tiempos que precisa el BEI para culminar un recorrido completo. Frente a los más de 50 minutos de un autobús convencional, los ensayos están parando el cronómetro en los 38. Esa merma de 12 minutos en esta fase de prueba se asoma a la pretensión de rebajar un 25% los tiempos de viaje y ajustar las frecuencias de paso por cada una de las 23 paradas a los 7 minutos. Contribuyen a ello factores como la circulación que, en gran parte del recorrido, desarrollan las unidades del BEI por carriles exclusivos y segregados del resto del tráfico privado. Simplifica también este objetivo la prioridad semafórica que tienen los autobuses verdes y negros en los 61 cruces. A medida que el BEI se acerca a cada uno de ellos los sistemas de detección propician que el disco se ponga de color rojo para el resto de vehículos, mientras el verde permite atravesar a los autobuses cada intersección e ir limando segundos al cronómetro.

Otra ventaja es el sistema de validación del billete en el andén de las paradas y antes de que los pasajeros accedan al interior del bus eléctrico. Se agiliza con esta decisión un trámite que, en condiciones normales, siempre genera esperas y situaciones pintorescas a la hora de acceder a cualquier autobús. También se simplifica y gana tiempo con la entrada por cualquiera de las tres puertas que tiene cada unidad del BEI en lugar de hacerlo por la puerta delantera y en cola, como en un autobús de cualquier otra línea de Tuvisa.

Todas estas conclusiones se están extrayendo en un periodo de prueba en las determinadas horas valle, donde la intensidad del tráfico es sensiblemente menor que en las más complicadas y congestionadas situaciones del singular tráfico de la capital alavesa. Con el paso de los meses y según se aumente el número de vehículos en circulación se irán ajustando los detalles.

A la espera de las cocheras La previsión inicial que se manejaba en el Departamento de Movilidad era que para la primavera ya se pudiera tener el servicio del BEI a pleno rendimiento con los 13 vehículos adquiridos. Este cálculo mira de reojo a la finalización de la obra de la unidad funcional de carga, prevista para este mismo mes de febrero. Se trata de las cocheras donde el BEI se va a someter al proceso de carga lenta de sus baterías durante la noche y afrontar cada jornada con el 100% de su carga. Es previsible que mientras no estén completamente finalizadas y operativas no se podrá hacer el despliegue íntegro del BEI y habrá que recurrir a los cargadores portátiles disponibles en Agirrelanda y los puntos de carga rápida de Zaramaga y Mendizorrotza.

14/02/2022