El Bidasoa no encuentra el camino en Cangas

El Bidasoa perdió en Cangas por la mínima (27-26), confirmando que no está en buen momento y que O Gatañal sigue siendo una cancha poco proclive a los intereses irundarras. Pese a llegar al descanso con tres goles a favor (13-16), en la segunda mitad solo marcó diez y así no es fácil ganar partidos.

Los de Artaleku salieron enchufados al partido, conocedores de lo que significa ceder terreno en O Gatañal y luego deber remontar. Jacobo Cuétara planteó una defensa (6-0) con Furundarena, Matheus en el centro más Salinas y Víctor Rodríguez en la posición dos. Bajo palos, Harbaoui inició el encuentro. En ataque, el equipo trabajó con calma las acciones. Dos goles de Aginagalde ayudaban a conseguir una buena ventaja (1-4). Lo que pudiera suponer mayor tranquilidad se tradujo en desacierto, menos tensión e ineficacia. Como quien no quiso la cosa, los gallegos sacaron réditos suficientes para voltear el marcador con un parcial de 6-2, que les valió para adelantarse por primera vez en el encuentro (7-6). Las paradas del incombustible Javi Díaz, la definición del pivote Quintas y los contraataques de Jenilson Monteiro jugaban su papel.

El técnico visitante solicitó un tiempo muerto para evitar que se repitieran realidades. Fue entonces cuando los dos equipos trataron de inclinar la balanza de su lado. Los cangueses (11-9) no esperaban la reacción visitante. El efecto multiplicador de las paradas de Harbaoui contagió a sus compañeros y frenó las acometidas del cuadro de Nacho Moyano. Pese a la exclusión de Matheus (la única del primer tiempo), los irundarras se rehicieron para llegar al descanso con una buena ventaja (13-16), gracias a cuatro tantos seguidos de Dariel, Mitic y Cavero (dos, uno de penalti).

Sin ser un mal resultado, no cabía otra cosa que seguir al mismo nivel, sin confiarse para nada, tratando de poner tierra de por medio. Se trataba de impedir sobresaltos finales que, en ese pabellón, suelen producirse con asiduidad. Solo hubo que esperar diez minutos. A una buena racha visitante (16-20) sucedió un tiempo muerto del Cangas. Reacción en el marcador (19-20), tras dos pérdidas en el ataque guipuzcoano. La respuesta llegó a continuación desde el otro banquillo y el marcador recogió las propuestas (20-22), con veinte minutos por delante.

Hasta entonces, el arbitraje de la pareja canaria no estaba siendo un dechado de virtud. A partir de esta situación, su actuación fue a peor. En menos de medio minuto, excluyeron a Cavero y Mitic, sancionaron a Azkue con una falta de ataque y los gallegos se encontraron con más facilidades de las esperadas (24-23). En todo el encuentro entendieron que la defensa gallega actuaba con delicadeza. Diez minutos para la conclusión y las espadas en alto, aunque la dinámica del partido no pintaba bien para las huestes de Jacobo Cuétara.

No acertaron a superar la defensa local. Se encontraron de nuevo con el meta Javi Díaz y el nerviosismo influyó más de lo debido. A falta de medio minuto (26-25) a los árbitros se les terminaron de ver las cosquillas. No dieron validez a un tanto legítimo de Azkue, por una falta que no existió. Zabala aprovechó la nueva oportunidad (26-26) y en la última acción de la contienda, un derechazo de Brais desde los nueve metros hizo feliz al cuadro local. Tanto él, como Juan del Arco, fueron letales en el segundo tiempo.