El bidegorri de La Concha ha dejado de ser gorri y su color asfalto, como el firme reservado a los vehículos a motor, inaugura una nueva etapa de su vida. El carril ciclista de La Concha fue instalado hace 20 años y su pavimento de color rojo, como el de otros carriles ciclistas de la propia Donostia y otras ciudades, trataba de llamar la atención para que solo las bicicletas transitaran por ellos.
Ahora, el Ayuntamiento no considera necesario que los carriles ciclistas estén pintados de un color llamativo y, como en otras calles, el bidegorri no hace honor a su nombre.
El nuevo trayecto entre el túnel de Ondarreta y La Perla se puede usar ya en su totalidad, convenientemente separado del tráfico viario por una protección metálica blanca. También se transita ya por los dos carriles reservados al tráfico viario, aunque quedan aún algunas obras sin rematar, con cambios añadidos últimamente, que supondrán un coste del 9% más en este apartado. La ampliación de la zona de riego de los jardines, la introducción de fibra óptica y la separación en tres circuitos de las redes de alumbrado han encarecido la última parte de los trabajos.
El total de la actuación (en la que se agrupó la reforma viaria para los cambios de sentido del Centro, el bidegorri, el ensanchamiento de la acera, la colocación de la barandilla y el refuerzo del muro de costa) ha costado finalmente 3,8 millones de euros, un 34% más de lo inicialmente previsto.
Por otra parte, la reforma de La Concha ha dado como resultado la reducción de un carril para la circulación y donde antes había tres ahora hay dos, uno para cada sentido. La merma de un carril no ha provocado grandes problemas viarios en el paseo aunque sí se están produciendo en la zona Centro de la ciudad, donde el tránsito de los autobuses es mucho más lento de lo que cabría esperar y, por ejemplo, en la tarde de ayer, algunas líneas tardaron 15 minutos en atravesar la calle Zubieta.
La afluencia de vehículos por el río está provocando también atascos estos días al igual que las obras de la Avenida, con un carril ocupado por obras de refuerzo del firme.