Dos citas capitales le restan al Bilbao Athletic para finalizar la liga regular en la Primera RFEF. La primera de ellas la afrontará este sábado a las 20.30 horas en Lezama frente al líder, ya ascendido, Racing de Santander. Será la última cita en el verde del conjunto cántabro, ya que en su última jornada se debería haber enfrentado al Extremadura ya retirado. La segunda cita será el siguiente fin de semana en casa del San Sebastián de los Reyes, un rival que se encuentra en el ecuador de la clasificación pero que se ha dejado ir y en los dos últimos meses hasta el momento solo ha logrado un triunfo. Así que el conjunto bilbaino depende de sí mismo para sellar la salvación.
El peligro llega desde el Talavera, actualmente un enemigo en el único puesto de descenso que queda por dilucidar, que se mantiene a tres puntos de distancia, pero con el gol average con los cachorros favorable al conjunto castellano-manchego. El Talavera quiere escapar de ese puesto de descenso y, por su parte, en las dos últimas jornadas recibe a la Cultural de Leonesa este domingo (horario unificado) y cerrará la temporada en Calahorra. Dos rivales que no se juegan nada. Así que este fin de semana solo un triunfo del filial bilbaino y una derrota del Talavera salvaría matemáticamente al equipo de Patxi Salinas sin llegar a disputarse la última jornada. Una derrota rojiblanca dejaría los deberes por hacer en Madrid aunque el Sanse UD, como la Cultu y el Calahorra, no tienen ningún objetivo añadido más que la honra de los tres puntos en juego.
Por lo tanto, el Bilbao Athletic necesita como mínimo cuatro puntos de los seis en juego para salvarse, teniendo en cuenta que su rival podría vencer en sus dos compromisos y recuperar los tres puntos de renta que mantienen los vizcainos. No parece complicada la tarea de un equipo que hace tres jornadas parecía haber espantado los fantasmas del descenso tras una racha positiva culminando 24 puntos, de treinta y tres posibles. Pero en estas tres últimas citas el equipo rojiblanco solo ha sumado un punto y la clasificación se ha comprimido demasiado aunque todo depende de los cachorros y esa es la baza fundamental en esta recta final de la temporada. El punto, que podría a ser de inflexión, llegó en el empate en casa del Racing de Ferrol, tercer clasificado del grupo. En el partido disputado en A Malata, Nico Serrano fue un refuerzo proveniente del primer equipo tras su nula aportación en la primera plantilla rojiblanca. El extremo volvió a compartir vestuario con el segundo equipo y en el partido apenas entró en juego y se le notó falto de rodaje para la gran exigencia de estos últimos compromisos. No es la primera vez que con el hecho de buscar la aportación de un jugador del primer en el segundo equipo apenas conceda réditos en una plantilla que parecía haberle cogido el ritmo al final de liga.