El Bilbao Athletic sufrió el domingo en Castalia su segunda derrota consecutiva y una vez recorridas cuatro jornadas del grupo II de Primera RFEF ocupa ya puestos de descenso directo, lo que no tiene que preocupar demasiado a estas alturas de la película, con el curso metido en su fase inicial, pero que también debe servir para tomar nota de lo sucedido la campaña pasada, en la que el pésimo arranque trajo urgencias y provocó la destitución de Imanol de la Sota como técnico, y buscar soluciones para cambiar la inercia negativa en la que parece haberse sumido. La visita al Castellón se antojaba complicada de antemano para los pupilos de Bingen Arostegi, conscientes del potencial que atesora el plantel albinegro y de las limitaciones que asoman a la hora de presumir de pegada, un déficit en el filial rojiblanco que debe corregir lo antes posible. No en vano, el cuadro de Bingen Arostegi solo ha anotado dos tantos en 360 minutos y no ha visto puerta en los dos partidos más recientes, lo que no le deja en buen lugar. El Calahorra, que solo ha marcado en una ocasión, y el Numancia, colista y que todavía no sabe lo que es batir la meta contraria, son los dos únicos equipos de la categoría que tienen menos pólvora que los cachorros.
Arostegi quiso desactivar el juego del Castellón, pero no le funcionó un plan que comenzó a fallar cuando Adu Ares desperdició una gran ocasión en un mal entendido entre el defensa local Óscar Gil y su portero. Poco después el Castellón se adelantó y supuso el principio del fin de los cachorros, que carecieron de reacción. Al técnico bermeano, que ha utilizado hasta 21 futbolistas en el este primer tramo de liga, no le salió bien la apuesta de Rego en la medular ni la primera titularidad del curso de Unai Gómez, ni la reubicación de Luis Bilbao, un extremo izquierdo, como nueve falso, con lo que tendrá que dar otra vuelta a su idea de cara al derbi txiki del sábado en Lezama frente a la Real Sociedad B, que el sábado salió goleada de su visita al Intercity.