EL Surne Bilbao Basket vive una relación de amor-odio con la línea de tiros libres, ese punto de la cancha situado frontalmente a 4,60 metros del aro del que sacar puntos sencillos porque se lanza sin oposición y desde la misma distancia. No siempre es así en el caso de los hombres de negro que forman el tercer equipo con peor porcentaje de la Liga Endesa, un pobre 69,8%, en ese aspecto del juego que en los partidos igualados, y el Bilbao Basket disputa muchos de ese estilo, puede acabar decantando la balanza. Por ejemplo, en el partido ante el Fuenlabrada los de Álex Mumbrú anotaron seis tiros libres en los últimos 16 segundos para evitar que los visitantes tuvieran opción de ganar y ante el Obradoiro fueron cuatro en los últimos 19 segundos los que sellaron la victoria local.
Pese a ese mal porcentaje global, el conjunto bilbaino tiene a dos de los mejores lanzadores de tiros libres de la competición. Andrew Goudelock no ha fallado ninguno de los catorce que ha intentado, que parecen pocos lanzamientos para un jugador con tanto uso del balón. Y Ludde Hakanson erró el pasado domingo su primer tiro libre en 26 intentos, lo que le sitúa en cuarta posición en las estadísticas individuales con un 96,2%. Valentin Bigote, por encima del 80%, y Gytis Masiulis, con más de 76%, también presentan números destacados entre aquellos que más lanzan desde la franja.
Sin embargo, la media del equipo cae bruscamente por la influencia de Ángel Delgado. El dominicano pasa un suplicio cada ves que debe lanzar tiros libres, algo que debe mejorar de forma perentoria porque es un jugador que no elude el contacto cerca del aro y al que, por tanto, resulta una tentación hacerle faltas para evitar que anote. De hecho, algunos entrenadores lo reclaman desde la banda sin disimulo. Delgado, que es el jugador que más tiros libres lanza en el Bilbao Basket, llegó con un muy bajo 38% de su temporada en el Estudiantes, que suponía ya un aviso. Pero este curso sus porcentajes son aún peores.
El pívot de Bajos de Haina ha anotado hasta ahora 8 de 33 tiros libres, solo un 24%. El domingo pasado se quedó en 2 de 9, 2 de 6 en el último cuarto cuando sus errores impidieron que la ventaja fuera mayor y el final de partido fuera más plácido. No es cuestión de cargar las tintas sobre esta carencia de Delgado que, en cambio, se bate el cobre como pocos y acumula un excelente 68,75 en tiros de dos y es el mejor reboteador de la liga con diferencia. Pero su caso recuerda a los más veteranos seguidores del equipo bilbaino a Fred Weis, que también sufría horrores a la hora de lanzar tiros libres y acabó su carrera con un 38% de acierto.
No es fácil encontrar un jugador interior que anote sus tiros libres con cierta facilidad, aunque quizás lo de Delgado es algo extremo que en la ACB tiene otros imitadores como Dejan Kravic, que presenta después de diez jornadas un 27,3%, o Augusto Lima, con solo un 33%. En el otro lado están Walter Tavares, Artem Pustovyi o Ante Tomic, que superan el 75%, o Bojan Dubljevic, que lleva 28 de 29, el mejor de la Liga por volumen de lanzamientos desde los 4,60. Shaquille O'Neal, uno de los más grandes, acabó su carrera con un 45% en tiros libres y siempre bromeaba con que si hubiera metido con mejor porcentaje habría sido el máximo anotador de la historia de la NBA. Ángel Delgado no llegará a tanto, pero un mejor porcentaje en los tiros libres puede elevar el promedio de puntos y las cifras de algunos contratos.