Polideportivo

El Bilbao Basket, ante una misión de dificultad extrema

Ludde Hakanson, en el encuentro del pasado domingo ante el Baxi Manresa.

"Solo se puede ganar al Real Madrid si confías en ello. Si no crees que puedes ganar, es casi mejor no ir". Una de las cosas que debemos tener claras es que podemos hacer un buen baloncesto allí". El Surne Bilbao Basket afronta hoy (20.00 horas) uno de esos encuentros que todos los años se compara con una visita al dentista porque se prevé complicada, áspera y dura y se antoja digna de desatar temor y respeto. Los hombres de negro visitan al Real Madrid con esas ganas de plantar cara y poner sobre la cancha su mejor versión baloncestística que apuntó Álex Mumbrú en la previa de la contienda pero también conscientes de que la comparación de presupuestos y fondos de armarios entre ambos bandos es parecida a la utilizada por el técnico catalán en su comparecencia pública: un trasatlántico contra un barquito. Mientras que los de Pablo Laso podrán hacer convocatorias después de su partido de Euroliga del viernes (ganaron por 76-80 en Múnich), el conjunto vizcaino ha viajado con su rotación mermada por las ausencias de los lesionados Álex Galán y Tomeu Rigo, sustituidos por los canteranos Gonzalo Basterrechea y Elvis Ude. Álex Reyes ha entrado finalmente en la expedición y se sentará en el banquillo, pero es muy improbable que salte a cancha.

La escuadra bilbaina, ubicada en la parte baja de la clasificación, necesita victorias sea quien sea el adversario que se le coloca delante, pero no parece a priori el de hoy el encuentro más factible para sumar el primer éxito del curso lejos de Miribilla. A su favor juega el hecho de haber competido hasta el final en sus cuatro desplazamientos ante Joventut, Lenovo Tenerife, UCAM Murcia y Baxi Manresa, pero ante un rival como el que dirige Laso cualquier error o desconexión se paga carísimo y este Surne Bilbao Basket todavía no ha conseguido erradicarlos. Hasta ahora siempre ha conseguido taponar esas vías de agua para llegar a finales apretados que por desgracias se le han ido por el sumidero por fallos propios, pero despistarse ante los blancos acostumbra a ser sinónimo de derrota contundente.

El Surne Bilbao Basket es un equipo que hasta ahora está ofreciendo mejores sensaciones en ataque que en defensa, pero hoy se medirá ante una de las retaguardias más sólidas de la Liga Endesa, capaz de dejar a sus rivales por debajo de los 70 puntos de media, por lo que los de Mumbrú están obligados a hacer un esfuerzo extra a la hora de frenar el caudal de puntos que reciben en contra si quieren equilibrar las cosas y tener opciones de dar la campanada. Ángel Delgado y Jeff Withey tendrán una noche complicada ante Walter Tavares y Vincent Poirier, posiblemente la pareja de pívots más contundente de toda Europa, Gytis Masiulis y Regimantas Miniotas tendrán que lidiar con un Guerschon Yabusele que está ofreciendo un rendimiento magnífico en su primera temporada en la Liga Endesa, mientras que en el perímetro ahí siguen veteranos curtidos en mil batallas como Sergio Llull o Rudy Fernández, jugadores de la solvencia probada de Alberto Abalde, Fabien Causeur o Adam Hanga, y killers como Thomas Heurtel. Peligros por todos los flancos.

Ante tanta y tan variada potencia de fuego en el bando enemigo, el conjunto vizcaino intentará hacer valer las virtudes propias para ponerle palos en las ruedas. Será importante que Jonathan Rousselle y Rafa Luz dirijan con acierto a sus compañeros y eviten que las situaciones se descontrolen, mientras que Andrew Goudelock, Valentin Bigote y Ludde Hakanson tendrán la misión de aportar un suministro de puntos lo más constante posible y los interiores deberán dar un paso al frente ante el potencial físico contra el que se batirán el cobre. La misión que tiene ante sí el Surne Bilbao Basket es de dificultad extrema, pero no hay nada que sea absolutamente imposible.

08/11/2021