El Surne Bilbao Basket arrojó este sábado con furia esa pesada mochila de seis derrotas en los últimos siete encuentros que le tenía maniatado, cohibido y cabizbajo. La acumulación de resultados adversos, a pesar de no ver acercarse en ningún momento el fantasma del peligro de la zona baja de la tabla, tenía a los de Jaume Ponsarnau maniatados y con dudas hasta que por fin, en el partido de la verdad, en el duelo en el que era vital dar un golpe encima de la mesa, lo hicieron de forma contundente, trabajada a pico y pala, pero con autoridad. Victoria ante el Coviran Granada (90-73) con ‘basket average’ recuperado. Mejor, imposible. Trayectoria corregida.
Al conjunto vizcaino le costó llevar el partido a su terreno por sus problemas de sostenibilidad. Enlazaba rachas buenas en ataque con otras de atasco. Y lo mismo le ocurrió en retaguardia, mezclando momentos de despiste con otros de buen trabajo. Su momento llegó en el ecuador del tercer cuarto. Justo en el momento en el que el Granada volvió a recuperar el control del luminoso (50-51) tras haberse visto doce puntos por debajo (35-23), los ‘hombres de negro’ reaccionaron con contundencia. De la mano de Álex Reyes, excelente con sus 17 puntos, y del reaparecido Ludde Hakanson, cuyos 15 puntos llegaron en los doce últimos minutos, fabricaron un fantástico parcial de 19-4 y el 69-55 con el acto final en juego fue ya una distancia insalvable para los de Pablo Pin.
El conjunto vizcaino, llegando o superando los 20 puntos anotados en los cuatro cuartos, recuperó sensaciones ofensivas que se echaban de menos desde hace más de un mes. El 51% en tiros de dos y el 41% en triples sonaron muy bien, con Adam Smith, brillante, liderando a los suyos con 21 puntos y Jeff Withey marcándose un ‘doble-doble’ de 13 puntos y 15 rebotes. El conjunto andaluz se mostró resistente durante cerca de 35 minutos anotando desde la larga distancia mediante Luke Maye, Thomas Bropleh y Lluis Costa y con Youssou Ndoye haciendo daño en la ‘pintura’, pero le faltó rotación y llegó muy justo al final.
Igualdad
Pese a que en la primera acción en la que sumó puntos necesitó hasta tres lanzamientos para anotar, el conjunto anfitrión no arrancó la contienda con la pájara ofensiva de anteriores compromisos. Aprovechando las acciones individuales del entonado Smith, el Surne Bilbao Basket tuvo incluso la oportunidad de fabricar, con poco más de cuatro minutos disputados, una ventaja tranquilizadora, pero no fue capaz de dar continuidad al 11-6 que señalaba el luminoso. El Granada se reactivó de la mano de Bropleh y solo dos mates seguidos de Michale Kyser permitieron a los de Ponsarnau cerrar el acto inaugural en ventaja (20-18).
La necesidad principal del equipo vizcaino a esas alturas de duelo era frenar el suministro de puntos sencillos de su rival. Dos triples de Francis Alonso y Reyes sirvieron para que se produjera un esperanzador demarraje y Pin tuviera que detener el duelo con 30-23 a siete minutos del descanso. Otra diana desde la distancia de 6,75 y dos tiros libres de Reyes dibujaron un panorama magnífico en el ecuador del segundo cuarto (35-23) tras un parcial de 12-2, pero en el momento en el que el Granada parecía tambalearse surgió la figura de Maye con ocho puntos seguidos para mantener a los suyos en pie. El partido pasó a ser un intercambio de golpes y el 42-34 en el ecuador de la contienda dejaba a los ‘hombres de negro’ en situación ventajosa pero sin acabar de asestar el golpe de gracia a su rival.
Bloqueo y demarraje
En la reanudación, con un quinteto más defensivo (Radicevic, Smith, Rabaseda, Sule y Kyser) y Maye fuera de la cancha con tres faltas, parecía que el Surne Bilbao Basket podía acabar de ahogar a su adversario, pero ocurrió completamente lo contrario. El Granada, de la mano de Costa y Alex Renfroe, carburó y en seis minutos volvió a ponerse por delante en el luminoso (50-51). Ponsarnau llamó a capítulo a los suyos, cambió la configuración del equipo y obtuvo el efecto deseado. Dos canastas seguidas de Reyes sirvieron de preámbulo a la explosión anotadora de Hakanson, hasta entonces a cero. El sueco enlazó una bandeja y dos triples para acabar de dar color a un parcial 14-4 y colocar el esperanzador 64-55 a diez minutos de final.
Y otro triple y un mate de Reyes, desbocado, impulsaron a los anfitriones hasta un 69-55 que parecía ya decantar el encuentro. Intentó revolverse el Granada con Ndoye montando descaradamente la tienda de campaña en la zona bilbaina sin que los árbitros hicieran nada, pero ahí regresó la figura de Smith para mantener las cosas en su sitio. Los granadinos perdieron a Maye, pero encontraron en los tiros libres una vía de suministro de puntos para no acabar de despeñarse. El 79-68 a cuatro minutos del final fue el momento de la verdad y ahí Hakanson y Withey dieron un paso al frente para asegurar el premio completo. Victoria, ‘average’ y trayectoria corregida para llegar al segundo parón competitivo con la enorme tranquilidad de acumular seis triunfos de colchón sobre el descenso.