Elgoibarko Baso Biziak plantó 700 ejemplares de árboles autóctonos en una animada y laboriosa jornada de sábado en la que los tocó lidiar con el frío y el barro. Alrededor de sesenta personas se concentraron en el aparcamiento de Mintxeta respondiendo a la convocatoria realizada por Elgoibarko Baso Biziak. El objetivo era plantar 700 ejemplares de árboles propios de este ecosistema (roble, haya, abedul, espino albar, serval de los cazadores,...) en dos terrenos cedidos a la asociación por sus propietarios. Una de las parcelas se encontraba en las inmediaciones de Upa Goiti y la otra en las proximidades de Sargo Ate, y hacía allí se encaminaron en sus vehículos.
Una vez en su destino, tocó cargar con los retoños de los árboles, las estacas que ayudarán a que crezcan rectos y con todo el material necesario para la plantación para dirigirse a pie a los lugares que iban reforestar. La labor no resultó sencilla, debido a al barro que se encontraron en el camino y a lo agreste y escarpado de algunas de las zonas en las que tenían que llevar a cabo la plantación. Pese a todo, nada les impidió llegar a ellas y cumplir con el objetivo que se habían marcado.
Las labores de plantación se vieron acompañadas por las explicaciones sobre las particularidades de cada especie que los miembros de la fundación Lurgaia ofrecieron a los voluntarios. No en vano uno de los objetivos de Elgoibarko Baso Biziak es concienciar a la ciudadanía, en especial a los más jóvenes, sobre la importancia de la preservación de las especies autóctonas para el ecosistema. ”En esta ocasión hemos optado por limitar a doce años la edad mínima para participar. Las dificultades del terreno nos hicieron tomar esta medida, pero habrá otras ocasiones en las que podrán de participar en las labores de plantación”, indicaron los miembros de Elgoibarko Baso Biziak.
Finalizada la labor, disfrutaron de un sabroso hamarretako que les ayudó a recuperar fuerzas y a entrar en calor, mientras compartían opiniones sobre la experiencia que acababan de vivir. Ya solo queda confiar en que los retoños arraiguen. ”Hay que esperar, pero siendo conscientes de que los ritmos de la naturaleza y los del ser humano son diferentes. Todo es cuestión de tiempo. Harán falta años para lograr recuperar el bosque autóctono. Con iniciativas de este tipo lo que estamos haciendo es una inversión pensando en las generaciones futuras”.