Tras una larga espera, el Bosque de Oma vuelve a abrir sus puertas. La diputada general de Bizkaia, Elixabete Etxanobe ha sido la encargada de realizar la inauguración junto a la responsable foral de Cultura, Leixuri Arrizabalaga, el hijo del artista, el pintor José Ibarrola, y el profesor de la UPV-EHU, Fernando Bazeta.
Para poder acceder al bosque, es necesario realizar una reserva previa. Además, se ofrecerán visitas guiadas los sábados tanto en euskera como en castellano. Con el fin de facilitar el acceso, a partir del próximo mes de noviembre se va a ofrecer de forma gratuita un servicio de lanzadera desde Gernika que saldrá cada hora.
Antes de haber sido cerrado en 2019, el Bosque de Oma ya llevaba acarreando problemas desde 2014. Las pinturas fueron decolorados debido a los rayos ultravioleta, el crecimiento del bosque y la pérdida de corteza. En su momento, la Diputación de Bizkaia intentó reanimarlo restaurando varios árboles, pero la plaga que llegó años después interrumpió el proceso.
Traslado de las obras
La Diputación de Bizkaia, tras no poder restaurar las obras, comenzó el traslado a una parcela contigua a la actual. Tras un exhaustivo estudio de la orografía y la distribución de los árboles para representar la obra, el lugar elegido fue un pinar situado cerca de la localización anterior en el Valle de Oma.
En septiembre de 2022 finalizó la primera fase del pintado, con un total de 14 obras y 454 árboles pintados. La segunda, realizada desde abril a septiembre de este año, se realizó con el pintado de 33 obras y 800 árboles pintados.
Implicación familiar de los pintados
A lo largo de todo el proceso de pintado de las obras, el hijo del autor Agustín Ibarrola ha estado implicado junto a expertos forestales, restauradores y diferentes artistas.
Agustín Ibarrola comenzó a pintar sus obras en 1982 de forma diaria hasta el año 2000. 18 años de proceso artístico para dar vida al entorno de Kortezubi.