Para tapar sus vergüenzas, su arrogancia y su irresponsabilidad, a David Cameron, por aquel entonces primer ministro del Reino Unido, no se le ocurrió otra genial idea que plantear la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea mediante un referéndum. Un plebiscito que finalizó con el Brexit, certificado en enero de 2020.
Años después, la población, que fue debidamente manipulada en una campaña repleta de mentiras promovida por el incendiario Nigel Farage, reconoce mayoritariamente que la decisión fue un error. El coste del divorcio fue altísimo para su economía.
En esos tiempos de cólera llegó al 10 de Downing Street Boris Johnson, un político hábil, locuaz, volátil extravagante, persuasivo y lunático. Un líder desmelanado para una época loca. El populismo en su máxima expresión.
Johnson se hizo famoso como periodista destinado en Bruselas lanzando mentiras sobre los órganos europeos y haciendo un ovillo con sus trajes caros en la maleta porque un mayordomo se los planchaba en la mansión donde vivía.
Recientemente publicó sus memorias tras ser despachado como primer ministro por impresentable. En plena pandemia, cuando todo el mundo estaba confinado, se dedicaba a dar fiestas privadas.
La altura del personaje queda retratada cuando se le pasó por la cabeza invadir los Países Bajos para tomar los laboratorios de Astra Zeneca con el ejército y hacerse con las vacunas para combatir el covid-19 después de que su primera reacción fuera que el virus hiciera algo así como una selección natural. Delirante.
A partir de 2020, los designios de Gran Bretaña, en plena convulsión tras el Brexit y azotada por el covid-19, y los del Ineos, el imperio británico del ciclismo, parecieron mezclarse. En realidad todo es política.
Hasta esa fecha, la estructura británica era la más fuerte del planeta. En la década que va del 2010 al 2020 conquistó el Tour en siete ocasiones. Fabricaba campeones el Ineos, en origen denominado Sky.
La década prodigiosa
Una obra de David Brailsford, ideólogo de una equipo infalible. Entronizó en los Campos Elíseos de París a Bradley Wiggins (2012), a Chris Froome (2013, 2015, 2016 y 2017), a Geraint Thomas (2018) y a Egan Bernal (2019). El Ineos era un cadena de montaje de vencedores del Tour bajo la profecía de las ganancias marginales. Los más nimios detalles como diferenciación entre la victoria y la derrota.
Julio pertenecía a Gran Bretaña, al plan establecido por la estructura británica, dictatorial su método. En un grupo repleto de estrellas, una tras otra, se pasaban el testigo para aniquilar con silenciador a sus rivales. Nada espectacular. Vatios. Un ritmo matemático y machacón que elevó a los cielos a Wiggins, a Froome, a Thomas y a Bernal.
En ese tiempo de dominio en el Tour, Froome también se colgó de la gloria en el Giro de 2018 y se encaramó en dos ocasiones al reinado de la Vuelta. Bernal pudo apuntarse el Giro de 2021 y Tao Geoghegan alcanzó el rosa del Giro en 2020.
Cambio de paradigma
Nuevo ciclo En Francia, antaño su jardín, todo cambió. Eclipse de sol. En 2020, el año de la Epifanía de Tadej Pogacar en la Planche des Belles Filles, el barco la armada inglesa zozobró ante el oleaje provocado por los eslovenos.
A la irrupción de Pogacar se sumó la solidez y la eficacia de Primoz Roglic, campeón de cuatro Vueltas. Además de ese pulso, emergió la figura de Jonas Vingegaard, alfil de Roglic hasta que el danés mostró su superioridad respecto a su líder.
Desde la entrada de la década se han disputado cinco ediciones de la carrera francesa. En 2020 y 2021 la corona la lució Pogacar. En 2022 y en 2023 el laurel decoró la cabeza de Vingegaard.
Este curso, el esloveno ha recuperado el cetro. El Ineos parece desterrado después de tratar de hacerse con Pogacar en dos ocasiones. Otrora omnipotente, el dinero árabe derrotó a la oferta británica de un pestañeo.
Lesiones y problemas
Ha perdido peso el Ineos, en medio de una reestructuración de su cúpula y de la ausencia de un ciclista capaz de interponerse en el nuevo tablero mundial. La apuesta por Geoghegan se diluyó y el intento de lanzar a Tom Pidcock como prodigio no tiene mayor recorrido en un escaparate como el Tour.
De hecho, se especula con la salida del inglés. La trayectoria de Egan Bernal, que era el líder natural, se hizo añicos en el accidente que sufrió entrenando.
La de Froome concluyó el mismo día que se estrelló contra un muro cuando reconocía el trazado del Dauphiné en 2019. Recompuesto, pero a varias lunas de lo que fue, salió al Israel para certificar un ocaso lento y agónico. Desde 2021, el faraónico Ineos no ha sido capaz de lograr una grande y el declive parece evidente.
Decadencia
La sensación de pérdida de rumbo se ha acentuado en el presente curso, el más famélico de su historia. Apenas han sumado 14 victorias, muy próximos a la intrascendencia en demasiadas carreras. Solo seis de los triunfos corresponden a citas del WorldTour.
Carlos Rodríguez ha sido su mejor hombre, con tres victorias, pero lejos de la progresión que se le suponía después de la quinta plaza obtenida en el Tour de 2023. Pidcock se llevó la Amstel, pero no ha logrado despegar.
La política de fichajes también se antoja errática. Mientras otros equipo han ganado músculo financiero y ascendente, el Ineos languidece. Los rectores del equipo han anunciado varios cambios para tratar de recuperar el brillo de su escudo de armas, ahora oxidado.
Entre tanto, Pogacar, el inaccesible, continúa con su paseo militar, Roglic se atrinchera en la Vuelta y Evenepoel crece, amén del impacto de otras estrellas que han opacado el brillo del Ineos, de repente un cuerpo extraño en el ecosistema del ciclismo. Tal vez el Brexit era esto.
Palmarés del Ineos (Sky)
Victorias desde su creación
2024 14 victorias
2023 38
2022 39
2021 Giro: Bernal35
2020 (Pandemia) Giro: T. Geoghegan19
2019 Tour: Bernal27
2018 Tour: Thomas; Giro: Froome43
2017 Tour: Froome; Vuelta: Froome40
2016 Tour: Froome39
2015 Tour: Froome42
2014 25
2013 Tour: Froome35
2012 Tour: Wiggins50
2011 Vuelta: Froome33
2010 (Año de creación) 22