CUANDO alguien se acostumbra a vivir épocas de opulencia, de crecimiento imparable y éxitos constantes, resulta muy duro tener que dar un par de pasos atrás, bajar de nuevo al barro y verse envuelto de lleno en el fondo del pozo clasificatorio, luchando por la supervivencia deportiva. Es lo que le está ocurriendo al Hereda San Pablo Burgos, acostumbrado a ser las últimas temporadas el equipo de moda de la Liga Endesa, el del gran crecimiento y desarrollo deportivo, el del ambiente y la ilusión envidiables en el Coliseum, el de los tres títulos continentales en apenas siete meses... Ayer domingo optaba al cuarto, pero cayó en El Cairo ante el Flamengo en la final de la Copa Intercontinental por 62-75 y cuando hoy vuelva a Burgos retornará a una realidad muy alejada de los recientes tiempos de gloria. El conjunto de Paco Olmos marcha último en la Liga Endesa con solo cuatro triunfos en 18 encuentros disputados, a tres de la salvación y obligado a una reacción que hasta ahora no ha sido capaz de arrancar pese a sus numerosos cambios en la plantilla y el cuerpo técnico. El Surne Bilbao Basket intentará retrasarla al menos unos días, pues el miércoles visita el Coliseum con el objetivo de igualar su mejor racha de éxitos en la ACB: ocho.
Hasta el profundo bache del presente ejercicio, el Hereda San Pablo Burgos venía enlazando años de constante superación para deleite de su magnífica masa social, dibujando una imagen envidiable de club y entorno. Ascenso a la ACB en 2017, permanencia la primera temporada pese a arrancar con un horrible balance de 0-7, clasificación para la Basketball Champions League en la segunda campaña en la élite, semifinalista de la Liga Endesa en el curso 2019-20 dentro de la fase final organizada en Valencia tras la pandemia provocada por el covid-19, debut copero en la 2020-21... y la explosión internacional. Por los vaivenes de calendario provocados por el coronavirus, el equipo castellano levantó en poco más de siete meses, de octubre de 2020 a mayo de 2021, tres títulos continentales: las dos últimas ediciones de la BCL y la Intercontinental de 2021.
La situación a día de hoy en la competición doméstica es ciertamente agobiante y es en la corrección de ese rumbo en el que quiere focalizar a partir de ahora todos sus esfuerzos. ¿Y qué ha ocurrido para que de esta exitosa trayectoria se haya pasado a la actual, con el equipo como colista en la ACB y eliminado ya de la BCL? Pues lo mismo que a tantos proyectos al alza pero modestos: la marcha de figuras clave en la época de bonanza y la llegada de recambios que no han llegado a su altura. El primer cambio se produjo en el banquillo, con la marcha de Joan Peñarroya al Valencia Basket tras dos magníficos cursos. En verano se apostó por Zan Tabak, pero a mediados de noviembre fue destituido y reemplazado por un Salva Maldonado que, a su vez, solo duró mes y medio en el cargo hasta la polémica llegada de Paco Olmos, que solo horas antes había rescindido su contrato con el Río Breogán. Olmos se había clasificado para la Copa con el recién ascendido equipo gallego; con el Burgos aún no ha ganado en Liga Endesa.
La plantilla se ha debilitado también de manera considerable. Adiós a magníficos jugadores como Jasiel Rivero (Valencia Basket), Thad McFadden (Murcia), Miquel Salvó (Gran Canaria) u Omar Cook (Zaragoza), lesión de larga duración de Ken Horton, que aún no ha debutado este curso, y pobre rendimiento de sus sustitutos, lo que ha provocado numerosas entradas y salidas en el vestuario. La pareja de extracomunitarios que arrancó la temporada, Stephen Zack y Tyrus McGee, es ya historia, la apuesta por Suleiman Braimoh resultó también fallida, Dejan Kravic ha salido recientemente rumbo al Unicaja y Hayden Dalton, llegado con el ejercicio ya en marcha, apenas duró tres partidos. Para tratar de salir del agujero, y con su presidente asegurando que "vamos a gastar lo que sea necesario para seguir en la ACB", han llegado refuerzos de un nivel en teoría superior como el tirador Jarell Eddie, los interiores Julian Gamble y Landry Nnoko y recientemente el base Tarik Phillip. Pero de momento la reacción no está llegando. El Flamengo fue ayer domingo claramente superior de principio a fin y el equipo castellano sigue arrastrando la deriva de su trayectoria en liga, con un solo triunfo en casa. El Bilbao Basket intentará que el miércoles no llegue el segundo.
El conjunto de Paco Olmos perdió ayer domingo la final de la Intercontinental (62-75) ante un Flamengo muy superior de principio a fin