opuerta abriendo fuego el primer domingo de marzo, Güeñes por San José y ayer domingo Turtzioz. Enkarterri recobra la normalidad en su periplo de ferias del sector primario, que tiene en el 1 de mayo otra de sus citas de referencia, de vuelta tras las dos ediciones de ausencia por la pandemia.
El entorno del polideportivo acogió la novena edición de la feria agroganadera local con una treintena de puestos. Alimentación, con repostería o miel y artesanía hicieron las delicias de las personas que se congregaron en el recinto. Procedentes de la comarca y turistas de fuera que aprovecharon que en algunas comunidades autónomas también es festivo el 2 de mayo para prolongar el viaje. Tampoco faltaron las txosnas en las que brindar por el deseado regreso del talo y el txakoli. Entre las presentes estaba todo un clásico de las ferias encartadas: Abasolo, de Balmaseda, que en más de una ocasión ha obtenido el reconocimiento del jurado de la Txerriki Azoka de Sopuerta por la calidad de sus chorizos y morcillas.
Una veintena de productores locales tomaron parte en la exposición de ganado, en la que se pudieron contemplar, por ejemplo, ejemplares de Pottoka. Una raza equina muy propia de Enkarterri que jugaba un rol activo en las labores que se desempañaban en los caseríos.