Chicharros, anchoas o verdeles también sufren las consecuencias del cambio climático. De hecho, en los últimos meses hemos visto cómo la temperatura aumenta, no solo la del ambiente, también la del mar. Por eso, en Onda Vasca le hemos preguntado al investigador de AZTI, Guillem Chust, qué están haciendo las especies de peces habituales en nuestros mares para adaptarse al calentamiento global.
“ El calentamiento global tiene implicaciones en todos los ecosistemas, incluidas las especies de nuestros mares ”
Guillem Chust, investigador de AZTI
Chust nos ha explicado que "hay, al menos, tres respuestas principales que las especies de peces llevan a cabo para contrarrestar este calentamiento: uno es el desplazamiento hacia los polos, en nuestro caso, hacia el norte; otro sería un desplazamiento en profundidad; y el otro es adaptarse en la fenología, es decir, en el año, por ejemplo, los procesos de puesta o emigración los pueden avanzar o dilatar en el tiempo en función de las características" del agua.
El investigador de AZTI puntualiza que estas tres respuestas son generales pero que cada especie se comporta de una manera distinta. Detalla que en AZTI se ha hecho "un estudio comparativo del verdel y el chicharro en su puesta y, curiosamente, parece ser que el verdel está desplazándose hacia el norte en su puesta para contrarrestar este calentamiento, mientras que el chicharro, en vez de desplazarse, lo que hace es avanzar la puesta. En este sentido, la anchoa, que también es una especie que tiene una afinidad geográfica en su puesta, está haciendo parecido al chicharro, es decir, avanzar la puesta."
Sin embargo, estas migraciones y adaptaciones de nuestras especies de peces al cambio climático se está haciendo poco a poco. De momento, no afecta significativamente a la pesca de nuestros arrantzales. En Onda Vasca, Guillem Chust nos ha contado que "estamos detectando desplazamientos de algunos kilómetros por década y algunos días en la fenología. Son magnitudes que, hoy en día para los arrantzales tienen poca importancia, pero se espera que esto con el tiempo y progresivamente se vaya acumulando y, por lo tanto, dentro de 50 años tendrán patrones bien diferenciados de la actualidad".
En este sentido, Chust pone un ejemplo claro. "El simil que hago es con el del nivel del mar que está subiendo 3mm por año. ¿Lo podemos apreciar al ojo? No, porque tenemos una variabilidad de la marea de un día a otro mucho mayor, de metros. Lo que pasa es que estos cambios poco a poco se van acumulando, gradualmente, hasta que llega un momento en que el ecosistema cambia de forma significativamente."
COP27, la cumbre del clima en Egipto
El investigador de AZTI ha detallado en Onda Vasca que se ha monitorizado un calentamiento de 0,2 grados por década en lo relativo al agua del mar. "Esto es aplicable a prácticamente todo el Golfo de Bizkaia y no solo a las capas más superficiales del mar, sino incluso hasta 100 metros de profundidad".
Por eso, cobran mayor importancia, si cabe, cumbres como la que se está celebrando estos días en Egipto para hablar de las medidas necesarias para hacer frente al cambio climático. Sin embargo, Chust es pesimista. "Se está desarrollando en una coyuntura global muy complicada. Todos sabemos lo que está pasando en Ucrania. Y hay prioridades. Esto eclipsa todo lo demás. Estamos muy lejos de cumplir con el compromiso de París y no parece ser que las emisiones de efecto invernadero se estén atenuando. Todo lo contrario, sigue habiendo emisiones. Es muy complicado".