El calor de Rambalaya vuelve a adueñarse del escenario de Hell Dorado

No va a ser la última en este 2022 para Hell Dorado. Mañana todavía los sonidos del directo llegará hasta el escenario de la calle Venta de la Estrella para despedir un año que comenzó tan mal para la realización de actuaciones. La pandemia ha obligado al espacio, de hecho, a retrasar una temporada la celebración de sus dos decenios dando guerra. Una fiesta en la que no podía faltar la voz del gasteiztarra Jonathan Herrero, que regresa a su ciudad junto a Rambalaya.

La formación catalana vuelve así a una sala que ya visitó el pasado mes de marzo y a la que ahora regresa haciendo un paréntesis especial en la preparación de la grabación de su segundo disco de estudio. El grupo nacido bajo el impulso de Anton Jarl (Mambo Jambo) está a punto de encerrarse para dar vida a esa próxima referencia, aunque no podía decir que no a un Hell Dorado donde el calor, el sudor, el baile y la buena música están garantizados.

Será a las 21.00 horas cuando se abran las puertas del particular infierno de la capital alavesa, quedando todavía algunas entradas disponibles. Poco después, los primeros en hacer acto de presencia para encender la mecha de este viernes será Anaut Trio Bravo, proyecto liderado por otro viejo conocido de Vitoria y muy buen amigo de las tablas de Venta de la Estrella, Alberto Anaut. En realidad, esta propuesta no deja de ser una adaptación menos numerosa, por así decirlo, de Anaut, aunque el espíritu y la filosofía es la misma.

Gabriel Casanova al órgano Hammond y Javier Skunk Gómez a la batería estarán con el cantante y guitarrista para abrir el cartel. Después, por si faltaba algo, llegará el turno de Rambalaya. Este proyecto empezó a llamar a la puerta, sobre todo, a raíz de la publicación de su primer disco, un álbum producido por Dani Nel.lo y que vio la luz en plena pandemia.

Con él bajo el brazo, el pasado 26 de marzo la banda actuó por primera vez en Hell Dorado, dejando un gran sabor de boca y, por supuesto, ganas de mucho más. Es hora, por tanto, de seguir dando rienda suelta a aquellas sensaciones.