En el último episodio de calor, solo las Emergencias de Osakidetza atendieron a 74 personas en tres días debido a las altas temperaturas. ¿Detectan ustedes más asistencias o consultas por esta causa?
Sí, por supuesto, en las Urgencias vemos más patologías porque, como es lógico, el calor afecta a determinadas enfermedades y a personas que están tomando muchos fármacos, gente mayor... Es verdad que ahora tenemos mucha información y estamos más prevenidos. No obstante, las consultas aumentan por el calor. Lógicamente atendemos menos golpes de calor que es algo mucho más grave.
¿El calor le puede afectar a cualquiera o están más expuestas las personas vulnerables?
Fundamentalmente afecta más a los mayores, a enfermos que están polimedicados y tratados con determinados fármacos y también a los niños de corta edad.
¿Cuáles son los síntomas que nos avisan de que algo está pasando?
Hay una determinada clasificación de procesos que dan síntomas. Pueden ser desde calambres musculares de alguien que está haciendo ejercicio. Puede ser que alguien tenga un síncope por calor, porque no todo el mundo lo tolera igual, y puede sufrir una lipotimia. También en muchas ocasiones algún trabajador a pleno sol, haciendo un esfuerzo, puede sufrir lo que se denomina agotamiento por calor. Le entra dolor de cabeza, mucho cansancio, dolores musculares, algunas veces mareos, náuseas y sobre todo sed. Y en la exploración podemos ver que está con mucho sudor frío, o que les baja la tensión.
El golpe de calor es algo ya mucho más grave ¿verdad?
Sí, el golpe de calor es otra cosa. Hay una diferencia fundamental, que es la alteración del nivel de consciencia. Cuando es un golpe de calor sucede además que no sudamos. Es un proceso grave que hay que tratarlo pronto, y tratarlo muy bien porque tiene muchísimo riesgo.
Con el calor, estamos más irascibles, se discute más... Pero también dicen que hay más posibilidades de infartos o de ictus. ¿Es eso cierto?
El calor exceso perjudica a casi cualquier órgano. Porque cualquiera es susceptible de verse afectado en mayor o menor gravedad. Lo que los médicos denominamos hipertermia produce complicaciones a todos los niveles. Por supuesto podemos tener una hipotensión severa, complicaciones cardiovasculares, una angina de pecho, un infarto de miocardio. Afectaciones neurológicas como el ictus también. El calor excesivo puede dar lugar a focalidad neurológica, convulsión, casi siempre en relación con la alteración de la consciencia...
¡Madre mía...! y creo que la lista no termina ahí.
No, porque también se pueden dar alteraciones renales, se puede producir una hemorragia digestiva, un edema pulmonar... O complicaciones metabólicas. Todo lo que son nuestros iones que manejan el sudor, la tensión, el potasio, el calcio, el fosfato... pues todas esas cosas se pueden ver alteradas y podemos tener complicaciones importantes. Y luego están las menos importantes como la piel seca, o cosas así.
¿Funciona igual el cerebro cuando hay 40 grados que cuando hay 20?
No, de hecho, por eso se produce el golpe de calor fundamentalmente. Con este calor tan alto lo que falla es el centro termorregulador que tenemos en el hipotálamo. Es una máquina imponente y maravillosa que nos mantiene la temperatura controlada. Normalmente tenemos unos receptores nerviosos de frío y de calor, que se llaman receptores periféricos y que le dan a la sangre una temperatura. Si hace muchísimo calor, nosotros sudamos más ya que es la principal forma que tenemos en nuestro organismo de perder calor. Y eso no deja que el calor que está subiendo tanto en nuestra sangre nos haga daño. Pero cuando eso falla, tenemos problemas.
¿Cómo se combate el calor?
Cuando no es un golpe de calor, cuando se trata de agotamiento, hay que seguir las precauciones habituales. A ese paciente mareado, con calambres, vamos a ponerle a la sombra e intentar que esté en el ambiente más fresco posible. Y sobre todo hay que hidratarlo y darle agua aunque no tenga sed. A los pacientes de alto riesgo, mayores, encamados, niños, les solemos decir que busquen la habitación más fresca de la casa.
Y seguir los consejos básicos.
Sí, los consejos básicos y razonables. Igual no podemos hacer ejercicio esos días. El alcohol no nos beneficia para nada, ni por supuesto las comidas copiosas o con picante. Igual se está mejor en casa que tomando el aire. Hay que usar ropa ligera, descansar a la sombra y evitar la exposición al sol, protegiéndonos la cabeza con gorros o sombreros.