"Que acabe este infierno porque esto es un infierno". Es el grito de auxilio de Pilar Sánchez ante el "desastre" de obra en el que se ha convertido la rehabilitación de su vivienda y las de otros vecinos. La empresa no ha acabado en plazo la obra y están a punto de perder la subvención europea de 630.000 euros si la reforma no concluye para el 10 de marzo.
"Firmamos un contrato en el que se comprometían a finalizar el 31-12-2021; a fecha 10-01-2022, la obra está en torno al 65% de su ejecución y como tenemos financiación europea, el único requisito es que concluya antes del 10 de marzo; de lo contrario, perderíamos el cien por cien de la subvención", explica.
Impotentes
Ante esta situación, en nombre de la comunidad de vecinos de plaza Mayor números 1, 2 y 3 de Abetxuko, Pilar denuncia el calvario que padecen día a día sin que nadie les ofrezca una solución, razón por la que piensan denunciar el caso no sólo en los juzgados sino también ante el Colegio de Arquitectos.
Además, mañana se concentrarán como protesta. Se sienten impotentes.
Como tantas y tantas comunidades de propietarios de Vitoria, estos vecinos se embarcaron en la obra ante el deterioro y humedades de su viejo edificio y ante la posibilidad de recibir ayudas de las instituciones al ser una intervención de envergadura, para reformar un bloque de tres portales en el que residen 42 familias y seis propietarios tienen lonjas.
Así, contrataron a la firma Aktua Rehabilitación y rubricaron el contrato por un coste de 1,5 millones de euros con la premisa de que la obra debía finalizar para el 31 de diciembre de 2021 ya que están sujetos a los fondos europeos.
Humedades y goteras
Ha pasado la fecha y la obra sigue a medias, ejecutada en algo más del 65%, pero sin colmatar todavía partes sustanciales del edificio, como el tejado y los portales, por citar algunas cuestiones pendientes. "Nos tienen viviendo en unas condiciones terribles, con el tejado semiabierto, con humedades y goteras en los últimos pisos y camarotes", lamenta Pilar.
Consecuencia del covid, el Gobierno Vasco ha ampliado el plazo hasta el 10 de marzo, no más allá de esa fecha. "Por favor, sean profesionales y cumplan con el trabajo que se han comprometido a realizar, según proyecto y presupuesto", clama Pilar a la empresa.
La obra no avanza
Sin embargo, la obra no avanza. "Legalmente no podemos decir que está parada porque hay al menos un obrero trabajando, pero no mandan a más empleados y, claro, así es imposible que acaben a tiempo; podían concluir si quisieran, pero no quieren", considera esta vecina.
"No hay derecho que esta empresa no tenga casi personal en obra para coaccionarnos a que firmemos anexos al contrato, que son totalmente abusivos, nos quiere obligar a pagar trabajos dos veces, nosotros en nuestros presupuestos y contratos lo tenemos legalmente escrito y bien hecho. Ellos son los que han metido la pata intentando hacer un presupuesto engañoso y quieren que lo paguemos nosotros". Es lo que se teme.
"Es un despropósito de obra, una vergüenza; estamos desesperadísimos, pero ¿qué podemos hacer? No tenemos más dinero que el que hemos tenido que pedir para esta rehabilitación y, además, ¿quién pide un presupuesto y luego paga lo que a ellos les da la gana?", se pregunta.
"Lo único que quiero es que acabe la obra y no perder la subvención, ya cómo quede...", señala desesperada.