El próximo jueves dará inicio en Emiratos Árabes la edición vigesimoctava de la Cumbre del Clima en la que se presentará el primer balance mundial sobre los pasos dados para alcanzar los objetivos recogidos en 2015 en el Acuerdo de París acordados para frenar el calentamiento global. Los resultados que se esperan no son alentadores y dejarán de manifiesto que los esfuerzos realizados no son suficientes para alcanzar estos objetivos.
Coincidiendo con la COP 28, AZTI, el centro tecnológico especializado en la investigación marina y alimentaria, ha publicado un informe con el que pretende concienciar a la sociedad y a las instituciones sobre la necesidad inminente de proteger los océanos y los mares. Para ello, ha publicado las conclusiones derivadas de 40 años de mediciones en el golfo de Bizkaia.
El Cantábrico, cada vez más cálido
El seguimiento realizado desde 1986 pone de manifiesto que la temperatura del agua ha aumentado entre 0,19 ºC y 0, 26 ºC por década, en especial en la zona más sureste. El coordinador del área de cambio climático de AZTI, Guillem Chust, advierte de que si este incremento de la temperatura se mantiene, para finales de siglo se prevé que la temperatura del agua del Cantábrico pueda aumentar de 3,5º C.
Y el calentamiento del golfo de Bizkaia tendrá sus consecuencias como la reducción de las biomasas de fitoplancton que conllevará que la vida marina se desplace hacia los polos y que las ciudades del litoral sufran veranos más calurosos.
Sube el nivel del mar
Azti también monitoriza el nivel del mar y el oleaje. Según sus datos el nivel del Cantábrico sube a un ritmo de 1,5 a 3,5 centímetros por década desde 1990 y las proyecciones indican que el ascenso del agua en la costa vasca podría alcanzar entre los 50 y los 80 centímetros a finales de siglo.
Olas más altas
Al aumento del nivel de mar se suma que las mediciones AZTI confirman un crecimiento en la altura extrema de las olas , que han aumentado una media de 16 centímetro por década desde los 80. Este fenómeno se debe a que en los últimos diez años se han incrementado las tormentas, lo que provoca un impacto importante en la erosión de las playas.
Más riesgo de inundaciones
Además, la subida del mar provocará que aumente el riesgo de inundaciones en la costa. Crecerá un 12% la superficie en riego de quedar bajo las aguas para 2050, y un rango entre el 24 y el 59% para el año 2.100.
Menos pesca
Si el calentamiento global no se frena, también se verá afectado uno de los sectores clave de la economía vasca: su pesca, porque si bien la anchoa es más resistente al aumento de la temperatura del agua, los tunidos y otros grandes predadores como el pez espada se verían notablemnete afectados.
“Tras estudiar una serie histórica de datos que van desde 1958 a 2004, las proyecciones indican una tendencia general de desplazamiento de los atunes hacia los polos para finales de siglo. En cuanto a la talla, se prevé una disminución global de su tamaño del 15% para 2050 debido al efecto del calentamiento en el crecimiento de las especies”, asegura el investigador de AZTI.
AZTI ha detectado que en el caso del bonito, entre 1987 y 2017 ha llegada de los juveniles se ha adelantado de media por década 2,3 días por lo que se augura un adelanto de la costera en el futuro, y un desplazamiento del atún blanco en los próximos años hacia aguas más frías del norte.