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“El cambio climático no entiende de compatibilidades con la agricultura”

El Gobierno vasco rechaza la mayoría de las alegaciones presentadas por particulares e instituciones al PTS de Renovables
El PTS de Renovables identifica 101 emplazamientos como “idóneos” para instalaciones eólicas y solares.
El PTS de Renovables identifica 101 emplazamientos como “idóneos” para instalaciones eólicas y solares. / Pablo Viñas

Actualizado hace 5 minutos

La esperada aprobación del Plan Sectorial Territorial (PTS) de Energías Renovables se prevé para el primer semestre de 2025 después de que el pasado 31 de octubre tuviera un importante empujón: el mismo día que el Gobierno vasco publicaba el informe de respuesta a las alegaciones presentadas, PNV, PSE-EE y EH Bildu acordaban su aprobación provisional antes de que termine el año y definitiva para la primera mitad del año que viene. 

El PTS de Renovables identifica 110 emplazamientos como “idóneos” para la posible construcción de estos parques, 57 de ellos de energía eólica y 53, solar. Este centenar de ubicaciones se encuentran en 92 localidades vascas, la mayoría de ellas repartidas entre en Bizkaia (49) y en Araba (42), mientras que en Gipuzkoa son 19. El plan ha recibido 4.217 alegaciones, la gran mayoría por parte de particulares –un total de 4.153–, que se podrían resumir en una idea general: la preocupación existente por que se sacrifique el territorio en favor de la transición energética. Gran parte de las alegaciones cuestionan el modelo territorial que diseña el PTS, que la expansión de los parques eólicos y fotovoltaicos reduzcan la superficie dedicada a la agricultura, así como un supuesto ataque a la autonomía municipal. También hay peticiones para ampliar las zonas de exclusión a montes de utilidad pública o áreas de interés paisajístico.

Las alegaciones ha sido rechazadas en su mayoría, por lo que el informe de respuesta es una defensa de la ordenación territorial establecida por el PTS. “El cambio climático no entiende de compatibilidades con la agricultura”, señala el texto. “Estamos viendo cómo la alteración del clima propio de cada estación provoca la pérdida de cosechas enteras o una menor calidad en la producción de los cultivos y, sobre todo, provoca una acuciante escasez de agua que impacta de lleno sobre la agricultura (...) Por tanto, se entiende que este sector primario, tan necesario para nuestro territorio, tiene que interiorizar el beneficio derivado de una implantación ordenada de las energías renovables como la que propone el PTS”, argumenta. Dicho esto, también aclara que la superficie agraria que podría ser ocupada para la instalación de renovables “representa un escaso porcentaje respecto al suelo agrario total de Euskadi”.

Este es un tema sensible y fue una de las preocupaciones manifestadas por los agricultores en las movilizaciones de comienzos de años. “Alcanzar los objetivos de renovables en Euskadi no debería representar la ocupación de mucho suelo agrario. Tenemos que poner encima de la mesa opciones para que el sector industrial se pueda descarbonizar y seguir siendo competitivo, pero la agricultura tiene que ser respetada. El equilibrio es complicado, pero creo que lo alcanzaremos”, señalaba hace unas semanas al respecto la consejera de Alimentación, Desarrollo Rural, Agricultura y Pesca, Amaia Barredo, en una entrevista con este periódico.

Pero no solo preocupa la extensión de grandes instalaciones de renovables en suelo agrícola. Son muchos los ciudadanos que lo hacen por su impacto en el paisaje y en los montes. “El hecho de que una determinada zona, área o elemento no se incorpore como zona de exclusión no implica una patente de corso para las empresas o personas promotoras de instalaciones renovables que les permita obviar algunas garantías medioambientales de aplicación”, explica. Y, en el caso de los montes de utilidad pública, considera que las instalaciones de energías renovables no resultan incompatibles con el normal aprovechamiento del monte.

Modelos compatibles

Ante los cuestionamientos de quienes consideran que el plan prioriza un modelo de implantación de grandes instalaciones en detrimento del autoconsumo y la participación ciudadana a través de comunidades de energía, el Departamento de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad destaca que el plan no plantea una confrontación de los dos modelos. “De lo que se trata es de trabajar en el desarrollo de un único modelo que combine las grandes instalaciones y aquellas otras de menor dimensión”, subraya.

En esta línea, en 2023 se pusieron en marcha en Euskadi un total de 2.161 instalaciones fotovoltaicas para autoconsumo, y en el primer semestre de 2024 se alcanzaron 30,1 MW de potencia global en 830 nuevas instalaciones. Además, las ayudas para las instalaciones para el autoconsumo solar y eólico para producir electricidad cuentan con un presupuesto de 8,5 millones durante todo este año.

El informe recuerda, además, que el PTS no establece la política energética en materia de objetivos energéticos, sino que sus competencias se centran en la territorialización del despliegue de grandes infraestructuras, atendiendo a la incidencia ambiental de cada tipo de tecnología y la capacidad de acogida del territorio.

Y destaca la necesidad de Euskadi de dar un impulso definitivo a las renovables, ya que en Euskadi no se han autorizado parques eólicos desde 2003, que generan 153 MW. “Necesitamos 463 MW para 2025 y 783 MW para 2030, acorde a la Estrategia Energética de Euskadi”, recuerda. Esto es, multiplicar por tres la generación energía eólica para el próximo año y por cinco para dentro de cinco años. “Nuestra producción renovable está a la cola de Europa”, alertó el consejero de Industria, Mikel Jauregi en el Parlamento, donde invitó a tener “una reflexión como país”. Durante su intervención, el consejero explicó que Euskadi necesita cuadruplicar su producción de energía renovable los próximos ocho años para pasar del 7,3% actual al 32% que plantea la Ley de Cambio Climático. 

En este sentido, el informe destaca que para alcanzar la neutralidad climática en 2050 se necesitará, además de las grandes instalaciones renovables, “de la participación de instalaciones de menor escala, como las de autoconsumo, tanto en cubiertas de los edificios como en el suelo, desarrolladas por comunidades de energía como por ciudadanos y administraciones públicas”.

Alegaciones. El Departamento de Industria ha recibido un total de 4.387 escritos, tanto de alegaciones procedentes de particulares y asociaciones, como de ayuntamientos, juntas administrativas, concejos e informes de administraciones afectadas.

Modelo. Gran parte de los escritos presentados dedican un apartado a mostrar su rechazo respecto del modelo territorial definido por el PTS. Consideran que el modelo al que se quiere dirigir es aquél que prioriza y favorece la implantación de grandes instalaciones en detrimento de la generación distribuida, el autoconsumo y la participación ciudadana a través de las comunidades de energía.

Objetivos. Hay para quien los objetivos que se definen en el PTS se quedan cortos y, por el contrario, otros alegantes manifiesten que la capacidad instalada que se alcanzaría en un escenario de plena ejecución resulta desproporcionado para las necesidades de energía que pueda demandar Euskadi. Hay quienes llegan a plantear que se importe la energía generada en otras comunidades limítrofes para preservar el territorio.

Zonas. También se recrimina al PTS que pretenda imponer a los municipios las Zonas de Localización Seleccionada (ZLS), entendiendo que es un ataque a su autonomía. En sus respuestas, el departamento no considera que “el PTS esté limitando la autonomía municipal ni invadiendo competencias propias de los ayuntamientos”. “Hay que recordar que estamos ante un instrumento de ordenación territorial, con un ámbito de aplicación que abarca la totalidad de la Comunidad Autónoma y un interés público que excede del ámbito del municipio. Es por ello que se hace preciso buscar un equilibrio que permita respetar las competencias urbanísticas propias de los municipios sin menoscabar, ni dejar vacías de contenido, las funciones propias del PTS”, apunta.

Requisitos. El informe también deja claro que el hecho de que un municipio se vea afectado por la delimitación de una de las ZLS no quiere decir que la implantación de una instalación renovable sea automática. Cualquier proyecto que se contemple desarrollar tiene que pasar por un doble filtro: el de la Administración competente en materia de Industria, que tendrá que autorizar la instalación, y el de la Administración ambiental, que tendrá que analizar los impactos. A lo que se debe sumar la obligación de obtener los permisos y autorizaciones que sea preceptivo obtener de los organismos afectados. En los procedimientos que se tramiten para ello, los ayuntamientos tendrán derecho a ser oídos.

El dato. El PTS de renovables es una mapa del posible despliegue de renovables e identifica 110 emplazamientos como “idóneos” para la construcción de estos parques, 57 de ellos de energía eólica y 53, solar.

2024-12-02T08:48:20+01:00
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