Las asociaciones de panaderías y pastelerías artesanas de Euskadi advirtieron ayer de la complicada situación que atraviesa el sector, sobre todo por “el cambio de hábitos de consumo”, que ha provocado un descenso de facturación y ventas, así como el cierre de establecimientos tradicionales.
El menor consumo de pan y productos de pastelería, unido al incremento de las ventas en tiendas de grandes cadenas o franquicias, está detrás de los “problemas estructurales” de esta actividad, afectada también por los “altos costes” de producción y por la falta de relevo generacional en una profesión “dura y exigente en horarios”.
Estas dificultades fueron expuestas ayer en Donostia por el viceconsejero de Agricultura, Pesca y Política Alimentaria, Bittor Oroz, acompañado por representantes de las asociaciones de panaderías y pastelerías artesanas de los tres territorios.
Estos profesionales han decidido unir fuerzas para revertir la tendencia de los últimos años, ya que se estima que actualmente el 54% del pan se compra en la gran distribución y solo el 30% en pastelerías.
En cuanto a la evolución de la última década en Euskadi, la actividad de fabricación tradicional de pan y productos de pastelería ha perdido un 18% de sus establecimientos y ha disminuido un 27% sus ventas. Además, el consumo de pan ha descendido un 12%: hace diez años se consumían cerca de 42 kilos de pan por persona y año, mientras que ahora esta cifra está por debajo de los 37 kilos.