"Es una película, ¡de mierda!", interrumpe un espectador al presentador del filme 'Star Crash', la esperpéntica versión italiana de la piedra angular de la saga de George Lucas. El resto del público irrumpe en aplausos y en una sonora risa que retumba en la madrileña Plaza de España, una carcajada compartida que resume el espíritu del festival CutreCon, que este 2022 se estrena con una sesión de cine de verano.
Lo hizo un viernes de agosto -uno complicado en Madrid, el del puente de La Paloma-, en la edición inaugural de 'La Estival', el primer cine de verano de la recién reformada Plaza de España, y con una cinta paradigmática de este género subjetivo que Carlos Palencia, director del Festival Internacional de Cine Cutre de Madrid (CutreCon), define como "comedias involuntarias", es decir, películas que se gestaron con "pretensiones serias" pero a las que les salió "el tiro por la culata" y acaban haciendo reír "sin pretenderlo".
Películas "bizarras, rarísimas, locas, inconcebibles" que, de lo malas que son acaban siendo buenas y convirtiéndose en filmes de culto, como ocurre con 'The Rocky Horror Picture Show' (1975), la "primera película que genera cierto culto alrededor de una mala producción", explica a Efe Palencia.
'Star Crash', dirigida por Luigi Cozzi -invitado estrella de la séptima edición del CutreCon y "partícipe del cachondeo"-, se estrenó en 1978, tan solo un año después de la primera película de la consagrada saga galáctica, y ejemplifica el cine cutre por sus esperpénticos efectos especiales y por la evidente inspiración de la que mama.
Un cóctel perfecto para que la risa reine durante el metraje de la "copia más famosa en general" de 'Star Wars', que cuenta con un ingrediente adicional para su renombre: un elenco compuesto por Christopher Plummer, la 'chica Bond' Caroline Munro o David Hasselhoff en uno de sus primeros papeles en la gran pantalla.
"¡Ave María Purísima!", grita otro espectador cuando Palencia nombra en 'La Estival' al actor de 'Los vigilantes de la playa', convertido en esta producción en una suerte de Luke Skywlaker "de baratillo".
Pero antes de entrar en materia la primera pregunta es obligada: ¿Cuánta gente realmente sabe a lo que ha venido a 'La Estival'? Son alrededor de ochenta personas las congregadas en la céntrica plaza, con cascos en las orejas para ver la cinta en este cine de verano con sonido personal e intransferible, y alrededor de la mitad levanta la mano.
Los primeros valientes del público en acudir al recinto son de los que dejan el puño quieto -"algo de 'Star Wars'", dicen a Efe al entrar-, pero a medida que se acercan las diez de la noche comienzan a llegar los fieles "fans" del cine cutre.
Ejemplo de ello son Yeya y su acompañante, que han ido varias veces a la CutreCon -"desgraciadamente para nuestro cerebro", ríen-, y dicen que el "esperpento" es lo que les atrae de este género.
Pero "sobre todo el ambiente que hay", por poder compartir "a gritos" sus pareceres con el resto de espectadores. El espíritu de las sesiones del Festival de Cine Cutre es que el público participe y aplauda, grite y comparta sus chistes en voz alta para que los filmes sean aún más divertidos.
Enrique, acompañado por Laura, conoce "de qué va la vaina", puesto que ya ha visto 'Star Crash', que encabeza la lista de "estas películas que se hicieron después del éxito de la 'Guerra de las Galaxias', como 'Los siete magníficos del espacio'".
"Estas pelis se hacían con la noble intención de hacerlas pasar por películas buenas" en contraposición con filmes más modernos como 'Sharknado', que ya nacen con una intencionalidad bizarra y "pierden un poco de frescura".
Sobre 'Star Crash' -la parte del espacio le gusta incluso más que la original "porque es de colorines, parece como un árbol de navidad; es como muy simpático"-, Enrique tiene claro cómo definirla: "Es la peli cutre por excelencia. Es 'Lo que el viento se llevó' de la cutrería".
LA PELÍCULA POR EXCELENCIA PARA LA PRIMERA INCURSIÓN EN EL CINE DE VERANO
Aunque CutreCon, que nació al albur de la web de cine y humor cinecutre.com creada una década antes que el festival, suma ya once ediciones, este 2022 es el primer año que la organización proyecta una película en un cine de verano.
"Siempre habíamos soñado con hacer algo en un cine de verano", cines al aire libre o autocines, comenta Palencia, y añade que, al estar las sesiones del festival exentas del cartel de 'por favor, silencio', siempre había espectadores que decían que les recordaba al cine de verano "sin control ninguno", sin acomodadores y con cada cual gritando "lo que le daba la gana".
Era, pues, un sueño llevar una cinta cutre a esta tradición veraniega, si bien no ha sido "una cosa planificada".
Los responsables del cine Palacio de la Prensa de Madrid pensaron en los organizadores de CutreCon para 'La Estival', y "sin pensar siquiera" que se trata del mes de agosto, con las complicaciones aparejadas, o sin cavilar si iría bien la sesión -si el grueso de los espectadores serían aficionados no del cine cutre sino del cine de verano y se quedarían ojipláticos-, se liaron la manta a la cabeza y decidieron estrenarse con una cinta paradigmática perfecta para la ocasión, para que los no enterados salieran captando a la perfección de qué va el cine cutre.
Palencia, que se mostraba antes de la proyección expectante sobre cómo funcionaría la interactividad entre el público con los cascos necesarios para oír la película, asegura que funcionó "mucho mejor de lo esperado", y apunta que en CutreCon están "satisfechos" con la afluencia del público y el desarrollo de la sesión.
"Era agosto, nuestra primera vez en un cine de verano y a 10 euros la entrada. Si nos lo vuelven a proponer, repetiríamos", afirma con la vista puesta ya en enero de 2023, cuando llegará la duodécima edición de CutreCon, que estará dedicada al cine de superhéroes.
Pero, hasta entonces, y para quienes no hayan podido disfrutar del cine cutre en verano, CutreCon colabora con la Sala Equis -y de vez en cuando trabaja con otras salas de Madrid y de otras comunidades- para proyectar más o menos una vez al mes una película de este tipo de cine y así ir manteniendo "viva la llama" cutre todo el año o para sumar nuevos adeptos de la extravagancia cinematográfica.