LA puerta de la mansión chirría y en el camino que lleva hasta ella hay una espiritista que lee las crónicas del futuro en una bola de cristal, sobrevuelan los fantasmas, enredados en telas de araña, sobre los ataúdes de piedra y suena la melodía de un piano sin intérprete, con un par de calaveras sobre el instrumento. Todo ello bien pudiera discurrir en el arranque de uno de los cuentos de terror que nacen de la fantasía y cuyo principal objetivo parece ser provocar el escalofrío, la inquietud o el desasosiego.
Pero no siempre ocurre así. También pueden provocar carcajadas. Esa misma mansión puede erguirse en una tierra donde morirse de risa. Si tienen dudas, pueden acercarse al parque Etxebarria, donde hoy acampa el Circo Encantado al interior de cuya carpa se accede por un paseo cono el descrito al comienzo de la crónica. Es allí donde discurre el hilo conductor de una de esas tenebrosas historias ; es allí donde habita Doña Terrorífica, con 500 años a sus espaldas, y rodeada de monstruosos personajes con habilidades extraordinarias.
¿Cómo entrar en contacto con ese mundo? La accidentada llegada de dos payasos, Paute y Capitano, –presentémosles: son Pau Sarraute (Paute, el payaso) y Marco Rossi, Capitano, la sexta generación de los Rossi bajo las carpas...– a la Mansión descoloca a todos sus habitantes, quienes ven con malos ojos a los forasteros. Pero todo cambia cuando descubren que con ellos viaja Lucia, una niña inocente que querrán para ellos.
Digamos que en la trastienda de este espectáculo habita la compañía Il Circo Italiano que enseña que "los miedos sirven para algo y que cada persona debe superar los suyos y luchar para deshacer sus telarañas", según asegura la directora artística, Sonia Miranda, directora del show junto a Nacho Embid. El espectáculo, gestado durante el confinamiento de la primavera de 2020, está concebido para un público familiar y no pierde la vis cómica de la compañía transalpina.
Estarán entre nosotros hasta principios de octubre con una fórmula refrescante: los acróbatas, malabaristas y trapecitas, les acompaña el uso de las nuevas tecnologías para recrear un ambiente fantástico. Una vez en la mansión, adornada con suelos ajedrezados, vidrieras y lámparas de araña, un reloj gigantesco que confunde los tiempos y personajes insólitos (en un rincón puede descubrir uno incluso a Freddy Krugger...), todo invita a la diversión. Ayer se sumergieron en este universo Jorge de la Fuente; la directiva del Athletic, Begoña Castaño, y la pequeña Leire de la Fuente; Euken Ontoso, José Ignacio Ontoso y Araitz Ontoso miembros de una familia que cayeron atrapados por la magia del circo; Africa Martín, Miren Alonso, Maite Etxebarria; Alazne y Jon Ortega, entusiasmados con las muecas de horror de su padre, Gonzalo Ortega, Virginia Pérez Peña, Iker Santomás Pérez, Uxue Santomás Pérez y la matriarca de la familia, Lucía Peña, Begoña Ruiz, junto a su nieta, Miren Olabarria, Naia Trapote, Nerea Conde, Itxaso Trapote, Aitor Trapote; Joseba Mendiguren, Cristina Mendizabal y el pequeño Iker Mendiguren; Ainara Muñoz, Kirmen Uribe, Nagore Ortuzar, Alazne y Miren Ramos; Urko Aranzabal y un buen puñado de visitantes que se sumergieron en las entrañas de una mansión que ofrecía mil y un sorpresas y habilidades en su interior.
Este circo, como tantos otros, llegó de repente, sin previo aviso. Ningún anuncio lo precede. Simplemente está ahí, cuando ayer no estaba. Es una de las magias de la trashumancia que los empuja. Como bien nos dijo Janusz Korczak, uno de los grandes pedagogos del siglo XX, la vida es un anillo de circo, con algunos momentos más espectaculares que otros. Lo hizo poco antes de ser asesinado en el campo de exterminio nazi de Treblinka. Terrorífico.
El Circo Encantado mantiene el espíritu del espectáculo en el parque de Etxebarria, donde abre sus puertas la vieja mansión
La accidentada llegada de los payasos Paute y Capitano a la mansión descoloca a todos, incluida a Doña Terrorífica