Cómo llegar a Dios a través del fútbol. O cómo hacer del fútbol un medio de apostolado. Así podrían resumirse los fundamentos que inspiran al Real Bethlehem (Belén), un club con raíces riojanas, fundado hace dos años y que días atrás acaba de incorporarse a la larga lista de entidades convenidas con Osasuna, que ya suman 146. Su estructura deportiva es escasa: solo cuenta con un equipo, que compite en Regional Preferente.
Para entender el interés que ha podido despertar en el club rojillo quizá haya que fijarse en la figura de Álvaro Castiella Sánchez Ortiz, un inquieto pamplonés de 31 años promotor del proyecto y que jugó en la cantera osasunista, de la que salió en la temporada 2011-12 tras actuar tres cursos en las filas del Promesas en Segunda B. Graduado en Administracón y Dirección de Empresas en la Universidad de Navarra, en su currículum profesional aparece como profesor en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).
Según se recoge en la página web del equipo, el Real Bethlehem “no es otro club de fútbol más de otra ciudad humana más. El Real Bethlehem es el equipo de una localidad celestial: Belén, el pueblo donde nació Cristo, Rey de reyes”. Pone también el énfasis en su presentación en definir lo qué es el Espíritu Real, que consiste “en ordenar nuestro interior hacia la unidad real del equipo, dentro y fuera del campo. Para ello se trata de generar las virtudes y el amor necesarios. El Espíritu Real busca ser grande a los ojos de Dios, de Alá, de Cristo, y ello en cada minuto de juego”.
La idea de poner en marcha un club de fútbol que entroncara con el sentimiento cristiano la fue madurando con los años, relataba Castiella en una entrevista. Primero, junto a su mujer comenzó a vivir la fe “de una forma muy intensa y a descubrir el poder de Dios”. A eso sumó su bagaje como futbolista: tras cerrar su etapa en Osasuna, continuó en activo en el Valle de Egüés, un club de Filipinas (Loyola Meralco Sparks FC, de Manila, donde coincidió con el pamplonés Tommy Trigo), SD Alcalá y Gibraltar United. Posteriormente, y antes de encarar este proyecto, fue gerente de la SD Alcalá. "De repente uní las dos cosas -el deseo de fundar un club y la fe- y dije: `No hay mejor manera para emprender un club de fútbol que dándole esta identidad cristiana", explicaba.
“El fútbol, y la Fe en Dios y en Jesucristo es lo que mueve mi vida día a día -manifestó a actualidadriojabaja.com-, de ahí el nombre (del club). Es un club de fútbol normal, sin nada más allá de lo que tiene cualquier club de fútbol pero donde reina la honestidad, la amabilidad, la generosidad, la entrega…, todos los valores a los que Jesucristo nos llama a vivir”. Para jugar en este club, que se afincó en Calahorra y ahora disputa sus partidos como local en Logroño en los campos del Mundial 82, no es necesario ser cristiano, indica. “Estamos abiertos a todo el mundo y vamos a recibir a cualquier jugador que quiera participar y, lógicamente, dé el nivel para poder formar un buen equipo”.
Actualmente, el Bethlehem Club de Fútbol tiene un equipo principal y busca recursos para poder organizar una academia donde formar en las etapas juvenil, cadete e infantil, no solo "el alto rendimiento", sino también los "hábitos y virtudes de equipo". Además de impartir doctrina, el club deberá intentar mejorar también en la práctica deportiva: ha perdido los once partidos que ha disputado en el Grupo I de Regional Preferente.
Porque, según palabras de Castiella recogidas por religionenlibertad.com, la visión apostólica del equipo y el peso que ocupa la fe y la oración en el mismo no está reñida con la exigencia y las aspiraciones de alcanzar los mejores puestos posibles en las clasificaciones. De hecho, el presidente del Real Bethlehem Club de Fútbol está convencido de que esa "identidad y unidad cristiana" del equipo "va de la mano" con su objetivo de "ser lo más competitivos posibles": "A nosotros, lo que nos une es la fe", resume.