Pedro Bastida, mecánico y gerente de una ITV en la región de Murcia, ha viralizado un vídeo donde explica qué coche no recomendaría en ningún caso
Bastida es conocido en redes por su perfil de Instagram, donde comparte anécdotas y consejos relacionados con el mundo del motor y acumula más de 130.000 seguidores.
El creador de contenido avisa que existe un modelo de él no querría ni aunque se lo regalaran: "Evitad el Audi Q5 de 2009 con motor 2.0 TFSI".
Según explica, el aceite se contamina con el líquido refrigerante, dañando la mecatrónica y provocando fallos mecánicos que pueden ser muy graves y evitar el correcto funcionamiento del vehículo. Además, los problemas electrónicos son muy frecuentes, lo que implica que haya que visitar el taller a menudo: "Es un coche bonito, pero electrónica y mecánicamente, es un desastre".
"Debéis evitarlo a toda costa, ni regalado. No para de dar problemas", sentencia el mecánico murciano.
Seguridad y ahorro
Contar con un coche de calidad no solo es una cuestión de comodidad, sino también de seguridad y ahorro a largo plazo.
Muchas personas consideran únicamente el precio de compra al adquirir un vehículo, sin tener en cuenta que un coche con materiales y componentes de baja calidad puede generar constantes problemas mecánicos.
Estos inconvenientes no solo afectan el bolsillo, sino que también pueden poner en riesgo la seguridad del conductor y de los pasajeros.
Menos averías, más seguridad
Uno de los principales beneficios de un coche de calidad es la reducción de averías mecánicas.
Los vehículos fabricados con buenos materiales y tecnología avanzada tienen motores más eficientes, sistemas de suspensión resistentes y frenos de mejor rendimiento.
Esto minimiza la posibilidad de sufrir fallos inesperados que podrían dejar al conductor tirado en la carretera o, peor aún, provocar un accidente.
Además, los coches de marcas reconocidas suelen ser sometidos a pruebas de calidad y seguridad antes de su comercialización, lo que garantiza un rendimiento óptimo en diferentes condiciones de conducción.
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Un trabajador comprueba el estado de una rueda en un taller.
Ahorro en mantenimiento y reparaciones
A largo plazo, un coche de calidad representa un ahorro significativo en mantenimiento y reparaciones.
Aunque la inversión inicial pueda ser mayor, un vehículo bien construido tiene menor desgaste y requiere menos intervenciones en el taller. Los repuestos originales y de buena calidad también tienen una vida útil más prolongada, evitando el gasto recurrente en piezas de baja durabilidad.
Por otro lado, un coche de baja calidad puede presentar fallos mecánicos frecuentes, como problemas en la transmisión, fallos eléctricos o desgaste prematuro del motor. Estas averías pueden derivar en gastos inesperados y frustraciones constantes para el propietario.
Mayor valor de reventa
Otro aspecto a considerar es que un coche de calidad mantiene mejor su valor en el mercado de segunda mano. Los vehículos de marcas fiables y con buena reputación suelen depreciarse menos que aquellos con historial de averías frecuentes. Un coche bien mantenido y con componentes de calidad puede venderse a un precio más alto cuando llega el momento de cambiarlo.