La coronación de Carlos III tendrá tintes cinematográficos no solo por su suntuosa puesta en escena, sino por la música de la Marcha de la Coronación, que el escocés Patrick Doyle, uno de los más aclamados compositores de bandas sonoras, ha elaborado para la ceremonia de este sábado.
En una entrevista con EFE, el compositor de las películas de Kenneth Brannagh y de otras como "Brave", "Harry Potter and the Goblet Of Fire" o "Sentido y sensibilidad", explica que su relación con el monarca se remonta a hace 33 años, cuando el entonces príncipe de Gales le escribió una carta para felicitarle por su trabajo en "Enrique V".
"Tengo la sensación de que tiene un gran sentido romántico, por su amor por la música, las artes... Y tiene un gusto ecléctico, con un lado romántico. Al ser coronado en este momento de su vida, debe echar la vista atrás, y también hay reflexión en la pieza", dice a EFE en Londres.
Doyle no oculta que cuando recibió el encargo de componer la Marcha de la Coronación -una de las doce piezas originales que sonarán por primera vez el sábado en la abadía de Westminster- entendió que Carlos III esperaría encontrar ese sonido personal suyo que aparece en las películas.
"Le gusta mucho la pompa, el júbilo, está muy familiarizado con ese género. Claramente le gusta mi música, como la de 'Mucho ruido y pocas nueces', y le encantó la de 'Enrique V', tras la cual me envió una carta adorable diciéndome lo mucho que le había emocionado", señala.
Pese a que la música que sonará en la coronación de Carlos y Camila es uno de los secretos mejor guardados, Doyle revela que "habrá elementos de la obertura de 'Mucho ruido y pocas nueces', que es una melodía muy mía".
"Hay un par de buenas melodías en este pieza, y es lo que el rey pide, que sea algo memorable, inspirador y alegre", señala.
La Marcha de la Coronación, que será dirigida por el director de la Royal Opera House, Antonio Pappano, estará dividida en cuatro secuencias, inspiradas en la propia vida de Carlos III.
La primera parte tiene una introducción "heráldica" y está llena de pompa y boato. Da paso a un segundo movimiento de ritmo más acelerado, "como el paso del tiempo", caracterizado por las influencias celtas que recuerdan el origen escocés de Doyle. La tercera secuencia es "gozosa y divertida" con "fuegos de artificio orquestales", para culminar en una última sección "romántica y reflexiva".
"Creo que esos aspectos, el romántico, el reflexivo, el triunfante y el ceremonial son una gran parte de su vida", dice Doyle (Lanarkshire, 1953), quien todavía se está "pellizcando" por haber recibido el encargo de musicalizar una cita histórica.
El vértigo de Doyle es comprensible. Él mismo repasa la lista de predecesores que compusieron en su día para coronaciones de monarcas británicos: Elgar, Purcell, Händel... "Son todos dioses musicales para mi. Así que era muy intimidatorio. Y también el hecho de que vaya a ser seguido por más de mil millones de personas en todo el mundo. Estos pensamientos me consumían, y me tuve que deshacer de ellos lo antes posible".
Su receta para luchar contra esos miedos fue concentrarse en su piano, su música y la hoja en blanco, tras haber repasado de arriba abajo las piezas de autores como Brahms, Tchaikovsky o Verdi y haber reflexionado sobre su relación con Carlos III.
Hace dos semanas tuvo la oportunidad de escuchar por primera vez su obra representada por la Orquesta de la Coronación, y salió con buen sabor de boca.
"Me enorgullece decir que solo hubo en error. Fue con una semicorchea: Pappano me dijo que iba demasiado rápido (...) Me encanta que haya estudiado así la partitura, se ve que ha hecho los deberes", agrega.
Doyle, que ya compuso para la celebración del 90 cumpleaños de la Reina madre, siente un vínculo especial con España, país que visita a menudo. Amigo del director Juan Antonio Bayona, reconoce que la inspiración del tenor José Carreras durante la agresiva leucemia que sufrió hace unos años fue decisiva para combatir la enfermedad.
El músico destaca la "pasión" que existe por las bandas sonoras en España, donde se organizan algunos de los mejores festivales del mundo en ese género.
Y se reconoce como un "privilegiado" por que el cine le haya permitido llegar a audiencias que probablemente nunca habría podido alcanzar componiendo solo para conciertos.
"Lo más alucinante es que compositores de bandas sonoras toquen en partes del mundo a las que ni la música de Beethoven ha llegado. Que tu música juegue un papel vital en las vidas de tanta gente es un privilegio", remacha.