El Congreso de los Diputados ha cerrado filas y ha dado la espalda a los discursos de Vox y Ciudadanos sobre los supuestos privilegios de las haciendas forales y en contra del Cupo. La Cámara ha aprobado este jueves con una avalancha de 273 votos a favor y tres abstenciones la renovación del Concierto Económico y el Convenio navarro para incluir los nuevos impuestos y permitir que las haciendas forales puedan regular el de las grandes fortunas, y para validar el método de cálculo del Cupo que paga Euskadi al Estado en el quinquenio 2022-2026. Las enmiendas a la totalidad de C’s y Vox han sido desmontadas y ridiculizadas por el resto de fuerzas políticas como una combinación de ignorancia sobre el funcionamiento del Cupo y mala fe deliberada para hacer electoralismo enfrentando a los territorios.
El debate llegó al punto de que Inés Arrimadas, desde C’s, utilizó a los enfermos de cáncer y a los niños. También los partidos mayoritarios rechazaron su “demagogia”, que en un pasado no muy lejano era utilizada igualmente por determinadas voces socialistas. El siguiente paso será la aprobación en el Senado. El consejero de Hacienda vasco, Pedro Azpiazu, presente en la tribuna de invitados, aplaudió el horizonte de certidumbre, “solvencia y solidez” que se abre para Euskadi en tiempos de inseguridad económica.
Las tres iniciativas sobre la foralidad se debatieron en conjunto, aunque el debate quedó muy pronto reducido a la forma en que se calcula el Cupo, y desembocó en acusaciones hacia el PNV. Los mensajes de C’s y Vox fueron desactivados por el resto de bancadas, que repitieron argumentos como que los derechos históricos están reconocidos en la propia Constitución española en la disposición adicional primera, que el Cupo no es un cheque que el Estado pague a los vascos sino que es al revés (y que Euskadi paga el 6,24%, más de lo que le corresponde por su peso en población y sobre el conjunto del PIB, porque le correspondería un 5,93% como dijo el PNV), o que el Concierto es un sistema de riesgo unilateral porque Euskadi depende de su propia recaudación de impuestos y, en tiempos de vacas flacas, no puede acudir a los fondos de rescate del Estado como sí pueden hacerlo las comunidades de régimen común.
"Otros ciudadanos van a tener menos oportunidades de sobrevivir a un cáncer de colon"
Por parte de C’s, un partido al borde de la desaparición que aprovecha cada debate parlamentario para aferrarse a su supervivencia, Inés Arrimadas cayó pronto en la hipérbole. “PP y PSOE van a votar que los ciudadanos de los territorios en los que gobiernan paguen más para las empresas del País Vasco, que los niños de los territorios que gobiernan tengan menos recursos de los que necesitan para la sanidad y la educación, que sus ciudadanos tengan menos oportunidades de sobrevivir a un cáncer de colon”, lanzó. En realidad, Euskadi paga dentro del Cupo no solo por los servicios que presta el Estado en suelo vasco, sino en concepto de solidaridad con otros territorios. Y, aunque Arrimadas acusó a Euskadi de “recibir más de lo que aporta”, el Cupo no se lo paga el Estado a Euskadi, sino al revés. Arrimadas se quejó también de la forma de tramitar los acuerdos por urgencia y en lectura única sin opción de introducir enmiendas parciales, pero el PNV le recordó que la jurisprudencia del Tribunal Constitucional así lo avala por la naturaleza bilateral del acuerdo entre el Estado y las haciendas forales. Arrimadas insistió en la “falta de transparencia” (una crítica que en otras ocasiones ha enmascarado una intención de que Euskadi pague más).
A la ministra María Jesús Montero trató de ponerla en un aprieto recordando que en 2017, cuando era consejera andaluza, presentó el Cupo como un apaño político. En un tono preelectoral en el que se presentó como una víctima de “ataques” que no la doblegarán, Arrimadas acusó al PNV de negociar “impunidad” e incluso sacó a colación el vertedero de Zaldibar. Este discurso deja en evidencia al PP, que ha mantenido coaliciones electorales con C’s en la comunidad autónoma vasca y navarra.
Desde Vox, Inés Cañizares admitió que la Constitución recoge los derechos forales, pero opinó que el cálculo concreto del Cupo da lugar a privilegios. Propuso calcular el Cupo aplicando el régimen de financiación común y que, “si arrojase la misma cifra, demostraría que no hay privilegio”. Ese ejercicio no tendría sentido porque las condiciones de ambos regímenes son distintas: las haciendas forales recaudan sus propios impuestos, cosa que no pueden hacer los territorios de régimen común, pero al mismo tiempo asumen un riesgo unilateral y no pueden recurrir a los fondos de rescate, el FLA del Estado, que sí tienen el resto de territorios. Este riesgo llevó a que Catalunya rechazara durante la Transición el régimen del Concierto.
Montero: "Viven de la bronca"
La ministra de Hacienda defendió que el Concierto y el Convenio tienen el valor del pacto y de asentar la convivencia, y avisó de que “negar la foralidad es negar la Constitución”. “Viven de la bronca y el ruido, de la pugna entre comunidades”, censuró, para añadir que C’s busca un hueco cuando los votantes le han dado la espalda.
PNV: "Es un día clave para Hegoalde"
Desde el PNV, Idoia Sagastizabal proclamó que “es un día clave para Hegoalde” porque los acuerdos “normalizan y regularizan las relaciones tributarias” con el Estado y permiten “seguridad jurídica en un momento de incertidumbre por la guerra en Ucrania”. Recordó que el Concierto y el Convenio están amparados por la disposición adicional primera de la Constitución, que su desarrollo se realiza a través del Estatuto y el Amejoramiento navarro y que la Unión Europea les ha dado también legitimidad. Argumentó que Euskadi es solidaria y contribuye a las cargas del Estado y al fondo de compensación territorial incluso por encima de lo que le corresponde por ratio de población y riqueza, y que es un riesgo unilateral porque las haciendas forales dependen de su propia recaudación y no pueden acudir a las quitas de deuda que sí tienen a su disposición los territorios de régimen común.
EH Bildu apoya con reservas
Desde EH Bildu, Mertxe Aizpurua respaldó las votaciones, pero con reservas. Restó relevancia a los acuerdos asegurando que los vascos seguiremos pagando por instituciones con escasa reputación en Euskal Herria como la Corona o el Ejército, que de todos modos tocaba renovar el Cupo y se ha mantenido la cifra del 6,24% “haciendo dejación de conseguir un mejor acuerdo” y que, aunque sean “buenos instrumentos de autogobierno”, son un freno para la soberanía. Aizpurua quiso lanzar un dardo a Vox y C's y dijo que el Concierto es un sistema de riesgo unilateral y que, si se aplicara este sistema allí donde gobiernan estos dos partidos, sus territorios acabarían hundidos por una gestión nefasta. Desde el PNV, Sagastizabal explicó la bondad del acuerdo en los “futuros aires recentralizadores, amenazas de la ultraderecha o un hipotético cambio de gobierno”.
Petición de transparencia de Unidas Podemos
Por Unidas Podemos, Pilar Garrido avisó a C’s y Vox de que no se puede ser “constitucionalista a ratitos” y aclaró que no tiene “nada que objetar” al Cupo como instrumento, aunque añadió como ya es conocido que quiere una mayor transparencia en vista de las “leyendas urbanas” que ha puesto en circulación la derecha más extrema. El PP también defendió el pacto, aunque se centró en criticar el impuesto a los ricos. El debate se cerró sin sorpresas con respecto al martes, donde el apoyo fue también abrumador, con las ausencias de una parte de los diputados de JxCat y la abstención de Compromís.