Donostia – Las reuniones del Consejo Vasco de Finanzas son tranquilas como una balsa de aceite cuando hay sintonía entre las administraciones y, sobre todo, cuando las cuentas cuadran o, como es el caso, incluso superan el objetivo. Esto es lo que va a suceder a mediados del próximo mes cuando el Gobierno vasco y las diputaciones forales se sienten para definir las bases financieras de los presupuestos de todas las administraciones vascas.
El pacto del PNV con los socialistas en los cuatro grandes ejecutivos de la CAV garantiza la estabilidad en el debate sobre el reparto de los recursos. Si a eso se suma que la maquina de recaudación fiscal avanza hacia un récord incluso mayor de lo que se preveía en un principio, el encuentro de mediados de octubre no tendrá puntos de fricción.
La cita tendrá como carta de presentación la recaudación acumulada hasta este mes de septiembre, si bien el dato de los ocho primeros meses es muy favorable. Gipuzkoa, Bizkaia, y Araba han ingresado 11.360 millones de euros, 730 millones más que el año pasado a esas alturas. El incremento porcentual roza el 7%, cuando la previsión del curso es del 5,6%.
En la reunión tendrán que recalcular la estimación de este año –por el momento ligeramente por encima de los 18.000 millones de euros– y fijar un objetivo de cara a 2024. Salvo sorpresa, los ayuntamientos recibirán el próximo ejercicio una compensación por la recaudación extra de este año.
La cifra definitiva se conocerá en febrero, tras el Consejo de Finanzas en el que se cierra y liquida el curso precedente, pero en menos de un mes ya tendrán la certeza de que, salvo sorpresas de última hora, dispondrán de recursos complementarios.
La cita de mediados de octubre dará así el banderazo de salida para la elaboración de los Presupuestos de 2024. Un año en el que sobre el papel se registrará un mayor crecimiento económico. De hecho, el Departamento de Economía y Hacienda revisará al alza en breve las previsiones actuales, que recogen un repunte del 1,6% del PIB de la Comunidad Vasca para este curso y de un 2,1% para el próximo.
La incertidumbre económica, la inflación, la crisis energética y la guerra en Ucrania, la causa en gran medida de las cuestiones anteriores, no han descarrilado el tren, aunque sí lo han frenado. En todo caso, lo han hecho en menor medida de lo que se pensaba y, debido a la demostración de fortaleza de la economía vasca, se espera que los vientos de 2024 sean más favorables.
El empuje del empleo
Continúa el suma y sigue iniciado tras el covid, que ha impulsado un 12% el PIB desde 2021. Con los niveles de empleo más altos de la historia y cerca de un millón de cotizantes a la Seguridad Social en Euskadi, el principal motor de la recaudación están siendo las retenciones en las nóminas de los trabajadores.
Entre enero y agosto, ya cerrada la campaña de la renta, las tres haciendas de la CAV han ingresado casi 4.441 millones de euros por IRPF, lo que supone un 9% más. El impuesto que grava el empleo ha superado al IVA, que es tradicionalmente el tributo con mayor impacto en las arcas de las haciendas forales.
La dinámica ha cambiado por dos motivos. Por un lado, los alimentos básicos han pasado este año del IVA superreducido del 4% al cero. La otra clave es el parón de consumo en plena escalada de precios. De este modo, en los ocho primeros meses solo se han ingresado 4.074 millones por Impuesto sobre el Valor Añadido, un 0,4% menos.
Un porcentaje mínimo pero que apunta a un posible cambio de tendencia, ya que el impuesto ha perdido fuelle gradualmente y en agosto ya se ha traspasado la línea roja que marca el 0%.
Por territorios, Bizkaia acumula una caída del 1,6%, mientras que Gipuzkoa desciende solo un 0,6%. Araba muestra más solidez en este capítulo y crece un 2%. Son números en todos los casos muy flojos. Basta con recordar que la recaudación por IVA creció el año pasado un 10,6% impulsada por el dinamismo del consumo, que es justo el resorte que ahora se echa de menos.
Con menos impacto contante y sonante en las arcas públicas, el Impuesto de Sociedades avanza con fuerza y registra el mayor crecimiento de toda la tabla tributaria vasca. En concreto, acumula un repunte del 18,6% hasta agosto y ya ha superado los 1.270 millones de recaudación. Esa cifra está muy cerca de los 1.351 millones ingresados en todo 2022, cuando se recuperó el nivel previo a la crisis del covid.
Todos estos números, actualizados con los datos de este mes, se introducirán las próximas semanas en los esquemas de cálculo de las diputaciones y el Gobierno vasco para que el próximo CVF los traduzca en previsiones y bases presupuestarias.
Recaudación
4.440,6 millones de euros. El principal motor de recaudación de las haciendas forales es el IPRF, impulsado por el récord de empleo y las retenciones en las nóminas de los trabajadores.
4.074,05 millones de euros. En los ocho primeros meses solo se han ingresado 4.074 millones por Impuesto sobre el Valor Añadido, un 0,4% menos. De este modo, el IRPF supera al impuesto de consumo, que es tradicionalmente el más cuantioso.
1.272,5 millones de euros. El tributo que más crece con un 18,6% es el Impuesto de Sociedades. Sin embargo, su impacto en las arcas públicas es menor ya que apenas supera ligeramente los 1.270 millones de euros.