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El consumo eléctrico supone un tercio del importe final de una factura media

Según la OCU, solo un 11% de los consumidores entiende el documento, que incluye gasto, peajes y cargos e impuestos
Un consumidor enciende un interruptor con una factura de luz en la mano. / Europa Press

La factura de la luz es, para el ciudadano común, un cúmulo de datos y conceptos muchas veces difícil de comprender. Según la Organización de Consumidores Unidos (OCU), solo un 11% de los consumidores entiende por completo ese documento que llega cada mes o cada dos meses, dependiendo de los casos. Muchos usuarios ignoran, por ejemplo, si están en el mercado libre (en el que cada compañía puede fijar sus propias tarifas) o en el regulado (el famoso PVPC).

Tampoco todos saben que con la factura se pagan los servicios a dos compañías, la distribuidora y la comercializadora. La segunda cobra lo que es propiamente el coste de la energía, mientras que los peajes y cargos se pagan a la primera, aunque la tarifa integre todos los conceptos. Pero es que, además, hay un tercer cobrador: el Gobierno a través de los impuestos. Y ahí la cosa todavía se complica más. Los principales gravámenes son dos: el IVA –que se vuelve a pagar este año al 21%– y el impuesto especial sobre la electricidad, que es el 5,113% de la suma del término de potencia y consumo. Pero la lista es extensa.

"De manera directa e indirecta hay unos 20 impuestos estatales en el recibo de la luz", explica Unai Alaña, responsable de análisis económico regulatorio en Iberdrola. "El 50% del recibo de la luz de los hogares se explica por cargas fiscales. Nuestro país está en la quinta posición en el ranking de los países europeos con más costes eléctricos, tomando como referencia 2019, antes de que estallara el covid y se tomaran medidas no convencionales para paliar la escalada del coste de la energía", añade.

En la lista están, además del IVA y el impuesto especial sobre la electricidad, el impuesto sobre el valor de la producción de energía eléctrica (IVPEE), que es del 7% y que algunos partidos –PP y Junts– están tratando de suprimir, impuestos a determinadas tecnologías de producción como la hidoeléctrica y la nuclear, las tasas del Consejo de Seguridad Nuclear, la tasa estatal por la prestación de servicios de respuesta por parte de la Guardia Civil en el interior de algunas centrales eléctricas... Todo ello sin computar los impuestos regionales y locales de muy diversa índole y que están relacionados, en su mayoría, con la producción de electricidad con tecnologías no emisoras y con las redes eléctricas.

Además de los tributos y tasas, el cliente también paga costes como subvenciones a las islas y el coste de renovables reguladas que se hicieron para cumplir los objetivos ambientales de las gasolinas y del gas. "Todos estos sobrecostes se incorporan al importe que el consumidor abona por el coste de producción de la electricidad y el uso de redes", asegura Alaña, quien concluye: "El coste de la energía sin impuestos, es decir, la electricidad que se consume de forma efectiva, representa en términos relativos un 36,5% del importe final de la factura media. Poco más de un tercio del coste total".

Consumo eléctrico

En lo que respecta al consumo de electricidad, el recibo está formado fundamentalmente por dos grandes conceptos: un coste fijo por disponer de la electricidad, que se paga por cada KW de potencia contratada, y, por otro lado, el coste de la electricidad consumida en los diferentes tramos horarios que tenga la tarifa contratada.

En el mercado regulado todas las compañías estructuran de la misma manera las facturas. Esta tarifa tiene los precios regulados por el mercado eléctrico y supervisados por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo. Los usuarios que contratan el PVPC tienen discriminación horaria en tres periodos de forma obligatoria: punta, llano y valle. Además, en el mercado regulado solo pueden operar las denominadas comercializadoras de referencia. Por contra, en el mercado libre, las tarifas pueden ser tan diferentes como quieran las comercializadoras (tarifas planas, horarios especiales) y también tienen libertad para hacer la factura como quieran, aunque deben incluir unos contenidos mínimos. En este mercado existen una gran variedad de empresas que ofrecen luz, gas y servicios de mantenimiento con los precios que ellas mismas marcan.

Tras la guerra de Ucrania que disparó los precios de la tarifa regulada, la factura de luz escaló en la lista de preocupaciones ciudadanas. Según la Asociación de Consumidores de Nafarroa Irache, pasó de ser el cuarto motivo de consulta por parte de los consumidores al segundo. "Es verdad que cada vez es más complicado para el consumidor saber con exactitud lo que está pagando", admite Alberto Lázcoz, portavoz de la asociación, quien recomienda, ante la duda, asesorarse con expertos.

"Lo primero en lo que hay que fijarse es en el precio por kilovatio ahora, ¿cuánto me van a cobrar? Y, a partir de ahí, elegir una potencia adecuada. Eso es lo que el consumidor puede hacer, elegir el precio de la energía consumida y que este sea el más bajo posible. Muchas veces vemos gente que tiene una potencia mayor de la que necesita, y eso al final te supone un coste", advierte Lázcoz. "Después están los servicios adicionales, que pueden subir el precio final. Hay que fijarse bien en esto, tener claro si has contratado alguno o no. Puedes contratar algún servicio adicional si realmente quieres, pero hay que tener claro para qué", recomienda.

"Estos son los datos principales que tiene que tener en cuenta el consumidor respecto a la factura de la luz, porque, respecto a los cargos, peajes, impuestos, puede hacer poco”, reconoce.

Coste de la energía. El coste de la energía sin impuestos, es decir, la electricidad que se consume de forma efectiva, representa en términos relativos un 36,5% del importe final de la factura media. Poco más de un tercio del coste total.

Impuestos. El 50% del recibo de la luz de los hogares se explica por cargas fiscales Entre los principales gravámenes se incluyen el IVA –que se vuelve a pagar este año al 21%–, el impuesto especial sobre la electricidad, que es un impuesto del 5,113% sobre la suma del término de potencia y consumo, y el impuesto sobre el valor de la producción de energía eléctrica (IVPEE), que es del 7%.

Reclamaciones. La Asociación de Consumidores de Nafarroa Irache ha recibido el último año más 8.000 consultas y reclamaciones de temas sobre luz y gas. Muchas de ellas están originadas en las contrataciones vía telefónica y en los cambios de compañía. También se producen quejas por cambios de precios, servicios adicionales o lecturas de gas "que no corresponden al consumo". Según Irache, "las compañías energéticas usan cada vez con más frecuencia la vía telefónica para conseguir nuevos clientes" pero "muchas de estas contrataciones se dan sin la información y la transparencia necesarias para el consumidor".

26/01/2025