El corazón de Nerbioi- Ibaizabal

Municipios que han surgido y se han desarrollado aprovechando la trayectoria de los ríos Nervión e Ibaizabal y que han dado lugar a una zona del territorio histórico de Bizkaia densamente poblada e industrializada. Municipios que han crecido, han avanzado y se han transformado adaptándose a la, a veces, complicada orografía sobre la que se asientan. Cada uno con su propio origen histórico y sus señas de identidad; un patrimonio arquitectónico, artístico y cultural del que enorgullecerse; un paisaje y riqueza natural que ha servido y sirve de sustento para muchos de sus habitantes, pero que, además, invita a respirar, disfrutar y recorrer; unos núcleos urbanos que rezuman vida y actividad económica. Cada uno, también, son sus problemáticas, necesidades, retos y reivindicaciones, aunque todos tienen un denominador común: personas, asociaciones, colectivos, organizaciones, empresas y comercios que trabajan por y para su pueblo e, incluso, por y para su comarca. Es lo que se quiere poner en valor y reconocer a través de una nueva edición, y ya van quince, de los Laboral Kutxa DEIA Hemendik Sariak que, en esta ocasión, en la comarca de Nerbioi-Ibaizabal tiene como municipio anfitrión a la villa de Ugao-Miraballes.

Y será este jueves, 10 de noviembre, cuando la ermita dedicada a su patrona, la Virgen de Udiarraga, se vista de gala para recibir, a las 19.00 horas, a galardonados e invitados procedentes de diferentes puntos de la comarca. Es el caso Harribide, una entidad impulsada y creada por parte de la fundación EDE, la parroquia de San Antonio de Etxebarri y los grupos de tiempo libre de este barrio (Gazteria y Kukuaren Taldea). Desde su creación, persigue la inclusión e integración personal y social, y lo hace de manera integral, trabajando con los más desfavorecidos con acciones y programas dirigidos a la población infantil, adolescente, joven y adulta y también desde una vertiente comunitaria. Pero, sin duda, uno de sus más importantes ejes de actuación es la inclusión social de personas migrantes e incluso de quienes sufren situaciones de vida muy complicadas a través de una red de pisos y comunidades de acogida que sobrepasa, incluso, los límites territoriales de Etxebarri. Y si poner a su disposición un espacio residencial es importante, también lo es ofrecer una vía formativa que les haga mirar al futuro con ojos de esperanza.

De una agrupación a un premiado con nombre propio. A sus 81 años recién cumplidos, Jesús Uriarte sigue siendo el Juez de Paz de la villa de Ugao-Miraballes, un cargo que empezó a ejercer puntualmente en 1986 como suplente del entonces titular Juan Goikoetxea. “Fue quien me propuso, junto al que era en ese momento alcalde Jose Isasi. Lo curioso es que no me dijeron nada, me enteré 5 años después cuando me citaron en el Juzgado de Bilbao para firmar unos papeles”, recuerda. El nombramiento oficial de Uriarte llegó en 1997 y, desde entonces, está al frente de esta institución tan cercana al ciudadano. De hecho, una de sus principales funciones es encargarse del Registro Civil donde constan los nacimientos, los matrimonios, las tutelas, las representaciones, la filiación, la nacionalidad, el sexo y el nombre de los nacidos en el municipio. Pero de su trayectoria, lo que destaca con añoranza es “la época en la que nos encargábamos de los juicios de faltas” porque su objetivo era, siempre, alcanzar un acuerdo entre las partes implicadas. “Yo hablaba primero con el denunciante y, después, con el denunciado, para intentar resolver los conflictos de manera amistosa. En muchos casos, lo conseguía”. Además de ayudar, asesorar e informar sobre cuestiones legales, también está siempre dispuesto a colaborar con vecinos “que quieren hacer su árbol genealógico, yo les busco y les saco los libros que necesitan para que vayan mirando” y ha sido pieza clave en la labor de investigación de la asociación Cinturón de Hierro de Ugao-Miraballes. “Logré hacer un listado de todos los fallecidos del pueblo durante la contienda civil y de muchos de ellos encontré, incluso, la causa del fallecimiento y el batallón en el que se integraron. Por desgracia, hay vecinos que aún, hoy en día, están desaparecidos”, lamenta.

Larga y destacada es también la trayectoria del CD Montefuerte, el club de fútbol del barrio de Ollargan, en Arrigorriaga. Se formó en 1986, “gracias, sobre todo, al interés de José Villén, anterior presidente, para que los chavales del barrio tuvieran la posibilidad de practicar aquí este deporte, sin tener que desplazarse a ningún otro sitio”, destacan desde la actual Directiva. Desde entonces, el CD Montefuerte “ha crecido mucho, porque empezó con 6 equipos y ahora hay 18 y, sobre todo, hacemos mucho hincapié en el fútbol base. Es donde más esfuerzos hacemos porque, aunque competir es bueno, es muy importante formar en valores”. De hecho, el club tiene una Futbol Eskola donde empiezan a dar sus primeros toques menores de 5 a 8 años que “entrenan y juegan algún amistoso” y, poco a poco, pueden ir subiendo de categoría (benjamín, alevín e infantil) hasta llegar a la edad en la que ya juegan como federados. “En concreto, ahora mismo tenemos 2 equipos cadetes, 2 juveniles y 2 regionales”, precisan. En total, el club está conformado por alrededor de 300 jugadores y jugadoras, porque las chicas ya son parte vital del CD Montefuerte. En 2021 fue el 25 aniversario del club, una efemérides que “en esa temporada no pudimos conmemorar por la pandemia, pero el pasado mes de junio organizamos una jornada festiva en el campo de fútbol y una comida popular” y además, en julio, tuvieron el honor de compartir la lectura del pregón de fiestas de Arrigorriaga junto con representantes del CD Padura.

Por ser un referente y un ejemplo en acciones de calado social como la lucha contra la soledad no deseada en personas mayores y el trabajo que realiza en favor del envejecimiento activo. Son las razones por la que la agrupación de voluntarios Nagusilan recibió el 19 marzo el galardón Guk de Oro de Amurrio y por las que también tuvo el honor de dar lectura al pregón de las fiestas patronales de agosto. Ahora, el premio Hemendik supone un nuevo reconocimiento hacia una agrupación formada por alrededor de 25 personas que ponen su tiempo libre y buena voluntad a disposición de las necesidades del colectivo de mayores. Se trata de “un equipo bien estructurado, de un voluntariado sensibilizado, especialmente, con la situación de soledad de las personas mayores de Amurrio, cuyo número, según un estudio, es superior a los 200, la gran mayoría mujeres y viudas”, explican. En concreto, el grupo de voluntarias y voluntarios de Nagusilan desarrolla distintas actividades, principalmente el acompañamiento en las residencias San Antón y Maskuribai, centros de día, vivienda comunitaria San Mamés y domicilios particulares. Y además ofrece un servicio telefónico gratuito a mayores en situación de soledad no deseada a través del número gratuito del Hilo de Plata (900 713 771).

También ocupan el tiempo libre y, sobre todo, desarrollan la creatividad los integrantes de la asociación Trintxa Zurlanketa Elkartea, de Galdakao. Surgió a raíz de los cursos de talla de madera que ofrecía el Ayuntamiento en el barrio de Bekea y tan satisfechos quedaron los participantes de la artística experiencia que, en 2008, decidieron crear la agrupación. Cajas y cofres de todos los tamaños y labrados hasta el extremo, ramos de flores, espejos, bancos, muebles, percheros, cuadros con imágenes rústicas, escudos familiares o de clubes deportivos... Entre las obras terminadas se pueden encontrar casi todos los diseños que se le puede dar a los trozos de madera que la decena de personas que se juntan y reúnen en las antiguas escuelas miden, cortan, pulen, barnizan y dan forma hasta, casi, la perfección.

Casi quince años después de su constitución, el tiempo, mimo y dedicación que los miembros de Trintxa Zurlanketa invierten en esta afición está dando frutos, al inicio, casi impensables con creaciones tan complicadas y detallistas como una fragata, violines o hasta arpas irlandesas. Pero, al margen de la calidad que están alcanzando ya sus creaciones, lo que más ponen en valor es que sobre todo “pasamos muy buenos ratos y aprendemos los unos de los otros porque somos un equipo”, asegura Ángel Díaz, uno de sus integrantes más veteranos y activos.

Menos recorrido, pero muy importante y necesario, tiene la Asociación CTNNB1 (www.asociacionctnnb1.org) formada, en mayo de 2021, por padres y madres con hijos diagnosticados con el síndrome CTNNB1, una enfermedad rara y desconocida causada por una alteración del cromosoma 3 del gen CTNNB1 y que puede manifestarse en forma de retrasos motores y en el habla, problemas de alimentación y de vista e incluso microcefalia. Su presidenta es Estíbaliz Martín, vecina de Basauri, cuya hija, Paula, padece este desconocido síndrome. Sus objetivos son ofrecer información, orientación, apoyo a los afectados, visibilizar y dar a conocer la enfermedad y promover la investigación y posible cura o mejoras de esta afectación. Sus esperanzas están puestas en un programa de terapia génica liderado por la doctora eslovena Spela Mirosevic –madre también de un niño afectado–, y en el que colaboran de forma altruista científicos de todo el mundo, con profesionales de la talla del australiano doctor Leszek Lisowski. “Es una red muy amplia en la que tenemos puestas nuestra esperanza y nuestro futuro”. Y, como en otros casos de enfermedades raras, para sufragar el coste económico de los tratamientos y de la investigación, la asociación se nutre de la solidaridad de personas y entidades para recaudar los tan necesarios fondos.

La investigación y la innovación pueden estar, también, al servicio de la sostenibilidad, la reutilización, la concienciación social y la educación ambiental. Son las bases de la idea Rexcatering, de la Fundación Residuo Cero, puesta en marcha en el municipio de Etxebarri a través de un proyecto en el que el alumnado del instituto de la localidad se encarga de gestionar y aprovechar los excedentes de comida. La iniciativa se ha materializado a través de la instalación y colocación de una máquina vending en el exterior de la Casa de Cultura donde se depositan diariamente las raciones de comida sobrantes del comedor del centro educativo. Las raciones tienen un coste 0 y están disponibles para cualquier persona y del abastecimiento de esta máquina vending se encarga el alumnado de 4º de la ESO, personal de comedor y profesorado que han recibido formación específica para conocer los pasos que deben darse en todo el proceso.

La educación es, sin duda, uno de los pilares de la sociedad y a ello se han dedicado, en cuerpo y alma, las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl que, el 7 de agosto de 1922, llegaron a Laudio para dar respuesta a las necesidades del Hospital-Asilo y para ejercer una labor formativa, primero en el antiguo centro de La Salle, posteriormente en el colegio de La Plaza donde estuvieron dedicándose a la formación de niñas hasta que, en el año 1981, las dependencias del centro de enseñanza La Milagrosa se trasladaron a su actual ubicación en el barrio de Ugarte. Han pasado cien años y con motivo de este señalada efemérides, durante el pasado curso lectivo se conmemoró un siglo de actividad docente en la localidad bajo el lema Cien años latiendo y con un intenso programa de actividades que incluyó una exposición de fotos que repasaba la historia y la actividad educativa del centro a lo largo de estos 100 años, interesantes charlas, la proyección de la película Red de libertad con la presencia de la actriz protagonista Assumpta Serna, jornada de actividades abiertas al pueblo en la plaza o una fiesta final en el bello entorno de Santa Lucía. En la actualidad, La Milagrosa cuenta con medio millar de alumnos matriculados, desde Educación Infantil hasta ESO, y dispone de un equipo docente formado por alrededor de 60 personas, pero han sido miles las personas que han pasado por el centro en sus cien años de trayectoria.

Premios

Harribide. Por su trabajo en favor de la inclusión social.

Jesus Uriarte. Veterano Juez de Paz de Ugao-Miraballes que sigue ejerciendo con 81 años.

CD Montefuerte. 25 años de fútbol en el barrio de Ollargan, Arrigorriaga.

Nagusilan. Grupo de voluntarios al servicio del bienestar de los mayores de Amurrio.

Trintxa Zurlanketa. Asociación de artistas de la talla en madera de Galdakao.

Asociación CTNNB1. Visibiliza una enfermedad rara y busca fondos para la investigación.

RexCatering. Impulsor de una nevera solidaria en Etxebarri que se nutre de los excedentes del comedor del Instituto.

La Milagrosa. Cien años educando a escolares de Laudio.

Aitor Azkueta. Joven de Zeberio que apuesta por el sector primario y elabora queso Idiazabal.

Bodega Uriondo. Elabora txakoli de gran calidad en su viñedo y caserío de Zaratamo.