El presidente de Austria, el progresista Alexander Van der Bellen, estudia el rumbo político a seguir en el país tras el colapso de las negociaciones para un gobierno de coalición que se ha llevado por delante al canciller y presidente del Partido Popular Austriaco (OVP), Karl Niehammer, y reabre la posibilidad de que el ultraderechista Partido de la Libertad (FPÖ), el más votado en los comicios del 29 de septiembre, termine de saltar un “cordón sanitario” ya completamente fracturado y reciba el mandato para formar gobierno.
Para ello, el líder del ultranacionalista partido FPÖ, Herbert Kickl, será recibido hoy Alexander van der Bellen, después de que el canciller federal saliente, el conservador Karl Nehammer, fracasara en su intento de formar un nuevo Gobierno sin la extrema derecha.
Así lo anunció Van der Bellen en una breve comparecencia televisada desde el Palacio Hofburg, sede de la presidencia, después de que Nehammer le devolviese el encargo de formar un Gobierno sin el ultraderechista Partido Liberal (FPÖ) de Herbert Kickl tras las elecciones del 29 de septiembre.
Aunque el presidente no dijo si tiene previsto encargar a Kickl la formación de un Gobierno, el democristiano Partido Popular (ÖVP) manifestó su esperanza de que sí lo haga, así como su diposición a negociar con los ultras un posible acuerdo de coalición.
El FPÖ, formación considerada euroescéptica y prorrusa, ganó las legislativas con casi el 28,8% de los votos, seguido por el conservador Partido Popular (ÖVP) con el 26,3%, el socialdemócrata SPÖ con el 21,1%, el liberal Neos con el 9% y Los Verdes con el 8%.
En octubre el presidente había encargado directamente a Nehammer, como líder del democristiano ÖVP, negociar un acuerdo de coalición sin la participación de la formación de Kickl, dado que las demás fuerzas rechazaban cooperar con él.
Sin embargo, las conversaciones para formar por primera vez una coalición tripartita entre conservadores, socialdemócratas y neoliberales fracasaron este fin de semana.
Van der Bellen recordó que Nehammer, quien en todo momento rechazó de forma rotunda cooperar con Kickl, anunció a última hora del sábado el fin definitivo de esas negociaciones, así como su dimisión en los próximos días al cargo de jefe de Gobierno y también a la presidencia del ÖVP.
El jefe del Estado agradeció al canciller federal su gestión al frente del Gobierno de conservadores y verdes en los últimos tres años, marcados por crisis difíciles, y dijo que permanecerá en funciones hasta el nombramiento de un sucesor, previsiblemente la próxima semana.
Al mismo tiempo, destacó ayer haber constatado que “se han debilitado las voces en el seno de la ÖVP que descartaban una cooperación con Kickl” tras la retirada de Nehammer como presidente de la formación.
Nuevo líder conservador
Mientras, en una reunión extraordinaria y urgente, la cúpula del partido conservador nombró este domingo a su hasta ahora secretario general, Christian Stocker, jefe interino del partido en sustitución de Nehammer.
Stocker dijo esperar que “el líder de la formación más votada (Herbert Kickl) reciba el encargo de formar un nuevo gobierno” por parte del presidente y manifestó la disposición de su partido para entrar en las negociaciones con los ultras. “Para ello he recibido el mandato” de la cúpula del ÖVP, afirmó Stocker en rueda de prensa.
El inesperado fracaso de las negociaciones para formar un Ejecutivo a última hora del sábado y la dimisión anunciada por Nehammer ha desatado un terremoto político en la república alpina, abriendo una etapa de inusual inestabilidad e incertidumbre en un momento difícil para el país.
Tras dos años de recesión e inflación elevada y un desempleo creciente, Austria debe consolidar sus finanzas y afronta un procedimento de la Unión Europea por déficit presupuestario excesivo. “En lugar de rapidez en la formación de un gobierno, ahora tenemos tres meses perdidos, en lugar de estabilidad, tenemos caos”, dijo el líder de los ultras, Herbert Kickl, en un comunicado.
Por su parte, el jefe del partido ultraderechista en Viena, Dominik Nepp, ha ofrecido dos alternativas: una negociación con el Partido Popular, o la convocatoria de nuevas elecciones, según hizo saber ayer en una entrevista con la radiotelevisión pública austriaca ORF. Según los últimos sondeos, el FPÖ experimentaría un notable aumento en su apoyo, pasando del 29% obtenido en las elecciones al Consejo Nacional a cerca del 35%.