Ni siquiera el cuarto encierro de Tafalla ha podido sacar el frío del cuerpo de los corredores y vecinos que se han acercado esta mañana al recorrido. A pesar de ser menos multitudinario que los anteriores, el encierro tafallés ha mantenido a sus fieles. Los más madrugadores, con chaqueta puesta y café en mano, se han desplazado en busca de una buena posición desde donde captar todos los detalles de la carrera. Entre ellos han comentado el aspecto del cielo, que amenazaba con mojar el asfalto. Sin embargo, nadie ha tenido que sacar el chubasquero.
Media hora antes del pistoletazo de salida, han empezado a llegar en cuadrillas los primeros corredores, al principio, bien abrigados, y más tarde, con los nervios, han ido deshaciéndose de sus chaquetas. Así, minutos previos al cohete de salida, los nervios y el entusiasmo ya han podido palparse en la localidad de Tafalla.
Los toros de la ganadería de Lora Sangrán han realizado un recorrido rápido y limpio. En apenas dos minutos y veinte segundos, han atravesado las calles del municipio dejando una carrera con tan solo dos heridos leves, coronándose como el más tranquilo hasta el momento. A.S., de 27 años de edad, procedente de Pamplona, ha sufrido una erosión en el hombro y en el codo, en la curva de la Farola. También en el mismo tramo, J.A., de 19 años, ha sido atendido por un golpe en la rodilla derecha. Tras ser tratados, han podido volver a disfrutar de las fiestas sin más preocupaciones.
La manada ha permanecido hermanada durante todo el recorrido, sin ningún resbalón ni caída; esto ha dificultado la carrera de algunos, mientras que otros disfrutado de la tranquilidad de un encierro más calmado. Es el caso de Miguel Galla, de Pamplona, que no se ha perdido ninguno de los cuatro encierros tafalleses. Tanto sus amigos del fútbol como el joven pamplonés han agradecido una carrera menos aglomerada y que los toros corriesen “ordenados”, ya que esto les ha permitido correr “más cómodos”.
Unai Carrasco, al igual que Galla, estaba satisfecho con la carrera de hoy. “Me despierto pronto, y a pesar de que luego tengo que ir a trabajar, de ahí empalmo con la comida y paso la tarde en la plaza para después repetir”, ha relatado.
No obstante, al igual que la lluvia que no cayó, los encierros no pueden contentar a todos. Markel Alonso, un joven de 19 años procedente de Burlada, ha lamentado que el encierro hubiera sido “demasiado rápido”, ya que le ha sido difícil “aguantar la carrera”. Con escasos 19 años, decía estar comenzando, aunque la cuadrilla le ha corregido: “seremos jóvenes, pero algo ya sabemos”.
Álvaro Arazona Pastor, de Villava, ha comentado que solo se pierde el primer encierro, “porque ando de juerga, pero los demás días es cita obligatoria”. Se ha alegrado de que no hubiera heridos graves y ha disfrutado de la carrera.
Alfredo Flamarique y Alfonso Gastón han bromeado con lo sucedido en Lerín y Mendigorría: “He visto un toro mirando hacia atrás hacia Cajamar, como con ganas de entrar”. Los jóvenes, naturales de Tafalla, han asegurado que seguían la tradición completa. “Encierro, almuerzo, ronda con la txaranga, comida y a la plaza. ¡De aquí va todo rodao, no se vuelve a casa!”, han reído.
Como se puede ver y como se suele decir, para gustos, los encierros. Pero eso sí, si hay algo en lo que coinciden los corredores es en el gusto por el almuerzo, que eso sí parece contentar a todos.