Masticar chicle es una costumbre diaria para millones de personas y eso lleva, pese a que la mayoría de la gente sea civilizada, a que el suelo de las calles (y de casi cualquier lugar) esté lleno de chicles aplastados y muy difíciles de despegar, como se puede comprobar cuando se pisa uno o se te pega a alguna prenda de ropa.
El invento de Japón
Por muchas papeleras que se pongan siempre habrá quien los tire al suelo, o bien porque no encuentra una cerca o por simple falta de civismo y de respeto a los demás. Pero para luchar contra esa mala costumbre en Japón han dado un paso más e incluyen algo en los paquetes de chicles que se lo pone aún más fácil a los consumidores para que no ensucien las calles.
Lo ha mostrado el usuario español de TikTok Reptalive (@reptalive), que muestra las cosas que le llaman la atención de su vida en Japón, donde está residiendo actualmente. “Hoy estoy aquí en Japón en un supermercado y os voy a enseñar una cosa supercuriosa. Y es que ¿nunca os habéis preguntado por qué en las calles nunca hay chicles tirados en el suelo? Pues muy fácil, voy a comprar un paquete de chicles y os voy a enseñar el porqué”, avanza en el vídeo.
Libretita con papeles
Y así lo hace, adquiere la típica caja de plástico llena de chicles. “Vamos a ver qué es lo que lleva dentro que hace que la gente no tire el chicle al suelo”, anuncia. Y al abrirla, además de los comprimidos hay algo que ha sorprendido a mucha gente porque no es algo que se vea por estas latitudes.
“Pues este es el contenido, además de los propios chicles lleva como una especie de libretita para que cuando tú quieras ya tirar el chicle sacas una página y envuelves el chicle con esto. Y así ni ensucias el suelo ni ensucias tu bolsillo”, explica.
Cuestión de educación
También muestra cómo la caja lleva por fuera una marca en rojo, que es la que indica que ese paquete sí lleva esos papeles en su interior. “Está todo pensado", ha titulado el post. “País superior”, escribe un usuario de la red social china en los comentarios. Otra usuaria cree que la diferencia con los japoneses está en la educación que ellos tienen. “No son unos cerdos y les han educado a no ensuciar. Aunque no llevara papelitos no lo tirarían”, opina.