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El deporte sigue el rastro del dinero

Recreación virtual de la ciudad-resort que Arabia Saudí va a construir en el desierto para los Juegos Asiáticos de Invierno de 2029. | FOTO: NEOM
Recreación virtual de la ciudad-resort que Arabia Saudí va a construir en el desierto para los Juegos Asiáticos de Invierno de 2029. | FOTO: NEOM

Falta un mes para que comience el Mundial de fútbol de Catar, el más polémico de la historia por todo lo que ha supuesto la elección de la sede en términos políticos, económicos, sociales, humanitarios y, claro, deportivos. Las voces críticas que claman por un boicot han sido como un grito en el desierto, nunca mejor dicho, y de momento solo se sabe de acciones menores que van a llevar a cabo algunas selecciones. Lo cierto es que uno de los grandes eventos, por decisión de la FIFA, ha caído también al poder del dinero en una tendencia que se está mostrando imparable en el deporte del máximo nivel y en su faceta de negocio puro y duro.

Los clubes de la Euroliga buscan aliados en Dubái. | FOTO: EUROLEAGUE

Los clubes de la Euroliga buscan aliados en Dubái. | FOTO: EUROLEAGUE

El Mundial catarí puede ser el preludio de algo que parecería una ocurrencia de no ser porque los petrodólares todo lo hacen posible. En 2029, Arabia Saudí va a acoger los Juegos Asiáticos de Invierno en pleno desierto en una ciudad-resort, Neom, construida expresamente a tal efecto con una inversión de 500.000 millones de dólares. El país del Golfo Pérsico quiere pujar también por el Mundial de fútbol de 2030, pero sobre todo por los Juegos Olímpicos de 2040. Y si se trata de pujar, el dinero que llega desde esa zona del mundo no tiene rival y nadie parece capaz de resistirse.

El negocio del deporte de elite se sujeta en cuatro patas: el dinero privado, los derechos de televisión y audiovisuales, el dinero público y los ingresos por venta de entradas. Las dos últimas han perdido peso en los últimos años y los aficionados han acabado relegados a meros consumidores sin voz ni voto, por lo que quedan las otras dos para sujetar un entramado que ya empieza a ser difícilmente sostenible por las vías tradicionales. Algunos deportes se benefician de unos ingresos exagerados por la vía audiovisual y ya son mayoría, al menos entre los de más seguimiento a nivel mundial, los que abrazan el dinero de los países árabes. Que la Supercopa de España de fútbol se vaya a disputar en Arabia Saudí hasta 2029 resulta casi una anécdota en medio de un tsunami imparable.

El golf y el pádel, que parecían inamovibles en sus estructuras, se han visto sacudidos por la aparición del LIV Golf y la Premier Padel con multimillonarios proyectos surgidos en Arabia Saudí y Catar, respectivamente. En el caso del golf, el PGA Tour y el European Tour ven amenazada su posición de dominio por la competición saudí que hizo que Eugenio López-Chacarra se llevara hace dos semanas casi cinco millones de dólares, el mayor premio ganado nunca por un deportista español en una sola competición. Y el LIV Golf también quiere captar al emblemático campo de Valderrama como una de sus sedes con una oferta de trece millones de euros por cinco años. En el pádel, ha sido la Federación Internacional la que se ha aliado con la familia catarí Al-Thani, dueña del PSG, para debilitar al hasta ahora hegemónico World Padel Tour con bolsas de premios mareantes y explotar la expansión de un deporte en claro crecimiento.

En 2023, habrá grandes premios de Fórmula 1 en Baréin, Arabia Saudí, Catar y Abu Dabi, algo que podría imitar MotoGP a partir de 2024. La NBA celebró hace una semanas su primer partido amistoso en Abu Dabi y la Euroliga no ha ocultado sus conversaciones con Dubái para que, más pronto que tarde, se lleve una Final Four e, incluso, se establezca un equipo de la competición en ese emirato. Arabia Saudí también quiere atraer a la Supercopa de Italia de fútbol y allí se está jugando estos días el Super Globe, o sea el Mundial de clubes de balonmano.

No parece el deporte de elite la ventanilla donde reclamar por un mundo más justo y más respetuoso con los derechos humanos, ni donde resolver algunos aspectos que denotan un doble moral. El que esté libre de pecado… Por ejemplo, DP World y Aramco, dos empresas del Golfo Pérsico, son grandes patrocinadores en el golf y muchos deportistas, hombres y mujeres, tienen su residencia y su base de operaciones en Dubái por razones logísticas y económicas. Todo es cuestión de dinero, de muchísimo dinero, y su rastro conduce a los países árabes que compiten por un lavado de imagen y, antes o después, arrastran a sus brazos a lo que ya es la gran industria del entretenimiento del siglo XXI.

2022-10-25T06:59:03+02:00
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