Barrios auténticos como Mamariga tienen personajes ilustres como Francisco Santamaría, un antiguo pelotari muy conocido en el barrio y cuya vida ha cambiado bastante desde el pasado 10 de marzo. Aquella mañana, los operarios que realizaban las labores de demolición del edificio contiguo al número 22 de la calle Julián Gayarre en la que vive Francisco cometieron un error de cálculo y golpearon con una pala la parte superior del edificio en el que reside Francisco. El resultado fue demoledor, una de las paredes de la habitación de este hombre de 87 años se derrumbó, quedando la estancia al aire.
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