SAN Juan es el último núcleo de población de Santurtzi antes de llegar a la muga con Zierbena. Un barrio obrero y orgulloso en el que viven en torno a 1.300 personas y en el que justo al fondo de la calle San Juan de Rompeolas, se alza el campo de San Juan, un estadio en el que el Dinamo ha construido los cimientos de una temporada histórica que culminó el pasado domingo con su clasificación para la Copa. "Veníamos de hacer una gran temporada el año pasado, pero si nos llegan a decir a principio de campaña que íbamos a clasificarnos para la Copa, les hubiese dicho que estaban locos", explica Álex Díaz Bonilla, presidente de la modesta entidad santurtziarra.
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