La última semana de febrero, pudimos leer en éste periódico que Volkswagen había llegado a un acuerdo extrajudicial in extremis, en vísperas de las fechas de los juicios, con el exdirector de la planta Emilio Saenz y el exjefe de seguridad Félix de los Reyes, por sus despidos el verano pasado. Pese a que los dos eran PEC (Personal Extra Convenio) y no sabemos qué contratos tenían, demandaron a la empresa por despido improcedente. Pese al oscurantismo que rodeo estos despidos, es de dominio público que fueron, entre otras cosas, por incumplir la normativa interna de integridad y buenas prácticas, el código ético, y no sabemos cuántas cosas más.
Sorprende que quienes deberían haber tenido una conducta ejemplar, como líderes a imitar dentro de la organización, se vean envueltos en tan "turbias" prácticas. Pero es más sorprendente todavía que, a quienes se saltan el código de conducta y ponen en entredicho "la imagen" de la marca, se les premie con un acuerdo económico, que no nos cabe duda de que habrá sido una "jubilación dorada", en vez de defender en el juzgado los argumentos que llevaron a tomar la decisión del despido.
¿Acaso con el acuerdo lo que han hecho es impedir que salgan a la luz los verdaderos motivos de los despidos? Y sobre todo ¿Lo han hecho por miedo, y/o para tapar, la participación o conocimiento de más personas en ese turbio asunto, las cuales podían haber seguido el mismo camino de salir a la luz?
En cualquier caso, todo esto pone de manifiesto la doble vara de medir que tiene Volkswagen, que a quienes ocupan "posiciones de poder", esas mal llamadas "élites jerárquicas", cuando incumplen las normas se les gratifica con jugosos acuerdos económicos mientras que a quienes hacen de ésta fábrica lo que es, dejándose la salud en las cadenas de montaje, tras 30 años de trabajo, con unos turnos infernales y unos ritmos inhumanos, se les aplique el Estatuto de los Trabajadores, en su artículo 52 a), despido objetivo, por ineptitud sobrevenida, con 56 años, una edad a la que difícilmente podrán encontrar otro trabajo, condenándoles a la más absoluta indigencia, como es el caso de los dos compañeros despedidos con premeditación, nocturnidad y alevosía a las 12 de la noche de un viernes 7 de junio de 2019.
*Los autores son miembros de CGT en el Comité de empresa de Volkswagen Navarra