El viernes 11 de octubre llegó a todas nuestras salas de cine "La Infiltrada", una película de la directora bilbaína Arantxa Echevarria basada en la historia real de Aranzazu Berradre Marín, pseudónimo con el que una policía nacional se infiltró en el Comando Donosti de la banda terrorista ETA durante 8 años.
Cuando contaba apenas 20 años, la joven consiguió adentrarse en la izquierda abertzale presentándose como militante del Movimiento de Objeción de Conciencia de Logroño, siendo la única mujer que convivió en un piso con dirigentes de ETA. Durante su infiltración se vio obligada a cortar totalmente lazos familiares, todo para poder desarticular el Comando Donosti en un momento crucial en el que la banda declaraba falsamente estar en tregua.
Arantxa Echevarria ha estado esta mañana en el magazine de Imanol Arruti hablando de cómo fue la construcción de la película, con un trabajo documental complicado al tratarse de una operación alegal. De la memoria, de las heridas que quedan, de la realidad que vivió Euskadi hace no tanto y de cómo era el día a día de Aranzazu Berradre hemos charlado con la directora bilbaína.
La historia de una infiltración de ocho años en ETA
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