Otra vez en la charca del fango pringoso y espeso que sigue manchando irremediablemente el ciclismo, atrapado en la conexión de doctores de dudosa reputación, como Marcos Maynar, vetado en Portugal para desarrollar su tarea por estar mezclado en asuntos de dopaje. Alrededor del médico extremeño, que puede ejercer su profesión en el Estado español al no estar suspendido por dopaje, se articula una investigación sustanciada en el sumario de la operación Ilex de la Guardia Civil contra el dopaje. Entre los documentos que recoge el sumario existen varias grabaciones comprometedoras que están recorriendo las entrañas del pelotón y que se agitaron durante la pasada Vuelta. Las escuchas se realizaron entre el último trimestre de 2021 y el primero de 2022, donde se reflejan los supuestos contactos de cuatro corredores del equipo Caja Rural con Maynar, profesor de la Universidad de Extremadura y sancionado por dopaje entre 2009 y 2019 por las autoridades portuguesas.
En el Caja Rural, que están al corriente de lo que se recoge en el sumario y de los documentos de la discordia, afirman a este periódico que “ninguno” de sus corredores “está imputado ni investigado” en el citado procedimiento. “Estamos tranquilos”. El equipo navarro entiende que la difusión del documento policial, una pequeña parte de la investigación que se está llevando en los juzgados de Cáceres, es “parcial, sesgada y descontextualizada”. Unas filtraciones “destinadas a perjudicar al equipo y sus componentes”, según el Caja Rural. La estructura navarra se refiere a que la información aparecida “es una pequeña parte de un procedimiento judicial de investigación de posibles delitos contra la salud pública y el deporte en el que no aparece implicado ni el equipo ni ninguno de sus miembros”, expuso el Caja Rural a través de un comunicado días atrás.
Debido a la filtración masiva del documento –un PDF de 23 páginas bajo el epígrafe teamorganizeddoping–, que establecía la presunta conexión de cuatro ciclistas del Caja Rural con el doctor Maynar –una información en manos de la UCI, la AMA o la Federación así como de numerosos equipos–, el equipo navarro denunció ante la Guardia Civil a quién filtró de “forma masiva” un documento sobre la operación donde aparecen conversaciones, desordenadas y tachadas, de algunos de sus integrantes con miembros de la trama en la que está involucrado Maynar. De momento, se desconoce la identidad del filtrador.
Sin pruebas de delito
Maynar no tiene ninguna prohibición para ejercer su profesión. De hecho, el médico es profesor titular de Fisiología del Ejercicio en la Universidad de Extremadura. Los documentos filtrados establecen la supuesta conexión de cuatro ciclistas del Caja Rural con el médico según la documentación aportada por Marca. “Las conversaciones no son prueba de que se cometiera un delito de dopaje, ni se puede sancionar a los corredores porque aunque esté investigado y haya estado implicado en otros casos de dopaje durante años, Maynar no está suspendido por dopaje en España, aunque sí lo estuvo en Portugal diez años, entre 2009 y 2019, y puede atender a quien quiera”, desvelaba El País de fuentes de la investigación.
Juanma Hernández, mánager general del Caja Rural, descartaba en una entrevista en el Diario de Navarra que conociera el doctor Maynar. “Las conversaciones no son mías, son entre ciclistas que yo les llevé y poco más. En Cáceres he estado una sola vez, y Maynar no estaba. No hay ninguna escucha mía. Yo les llevé allí porque soy el mánager y soy quien negocia con todo el mundo”. “El daño que se ha hecho a la imagen del equipo es importante, sabiendo que no tenemos nada que ver con Maynar. Nosotros trabajamos con la Universidad de Cáceres, como también con la de Madrid y Murcia. Nos han metido en una trama de dopaje con la que no tenemos nada que ver”, afirma Hernández en la entrevista.
En los documentos aportados al sumario y que publicó Marca se recogen las conversaciones a través de WhatsApp de cuatro de los corredores de la formación con Maynar. Los mensajes aportados versan sobre el uso de medicamentos, su recepción y las instrucciones para su ingesta y el momento de hacerlo, así como las cantidades a abonar por los tratamientos que fija el doctor. El precio es de 3.000 euros en 12 mensualidades, cada una de 250 euros. En una de las conversaciones, uno de los ciclistas, ofrece pagar en metálico. Todas esas presuntas relaciones que aparecen en el informe se realizaban a espaldas del doctor del equipo, ajeno al contacto de los ciclistas con Maynar, en el centro del dossier del fango. – NTM