La Euskadiko Gazte Orkestra (EGO) y la Euskal Herriko Gazte Abesbatza (EHGA) se encuentran ultimando los ensayos para la gira de conciertos de invierno, que pondrá broche final a las actividades por el 25º aniversario de la orquesta. La EGO se encuentra en Musikene, donde lleva a cabo su residencia artística, antes de arrancar mañana, viernes, en el Leidor de Tolosa un tour que les llevará a Donostia -2 de enero-, Vitoria -3 de enero- y a Bilbao -4 de enero-. El programa se centrará en el “dramático” oratorio Gernika, de Pablo Sorozábal, cuando se cumplen 125 años del nacimiento del músico donostiarra y 85 del “terrible” bombardeo que sufrió la villa vizcaina. El recital se completará con Finlandia, de Sibelius, un canto a la esperanza; con Peer Gynt de Grieg y Toward the unknown region, de Vaughan Williams. Se trata de cuatro obras a las que la orquesta se enfrenta por primera vez, una apuesta por compositores nacidos en el siglo XIX pero que desarrollaron sus carreras durante el XX.
El consejero de Cultura y Política Lingüística y presidente del patronato de la Fundación EGO, Bingen Zupiria; el Coordinador General de la EGO, Germán Ormazabal; el director artístico de la EGO, Rubén Gimeno y la directora artística de la EHGA, Elisenda Carrasco han hecho balance este jueves, en la sede del Centro Superior de Música del País Vasco, del año de celebraciones que ha vivido la orquesta. “Teníamos claro que Pablo Sorozábal tenía que tener un lugar en este final de temporada”, ha explicado Ormazabal, que ha añadido que, al invitar a la EHGA, concluyeron que debían apostar por una obra tan “señalada” como Gernika.
Esta composición es una “marcha fúnebre”, un texto “dramático” y “terrible” que, a la vez, resalta la “firmeza” de un pueblo ante la adversidad. En cuanto al aspecto coral, las voces femeninas representan a las mujeres que lloran con una voz “rota” de ver el “paisaje desolador” que han dejado las bombas, mientras que las masculinas representan “la voz del País Vasco” que alientan a levantarse y mirar al futuro. Ambas secciones acaban uniéndose al final.
Gimeno apostó por aunar Gernika con Finlandia, de Sibelius. No en vano, esta última obra es un “canto a la libertad y a la esperanza” , una composición nacionalista escrita a principios del siglo pasado para reivindicar la autonomía del país, en aquella época bajo dominación de la Rusia zarista. “Pensé que interpretar las dos obras podía tener un poder simbólico importante”, ha explicado el batuta.
Con Sibelius, no podía faltar Grieg, otro de los exponentes de la música escandinava. Por último, y con el objetivo de ofrecer a los músicos y a los cantores la mayor diversidad de repertorio posible, el programa se cierra con Vaughan Williams, un autor poco interpretado fuera de Gran Bretaña, que se acompaña con un “profundo” texto de Walt Whitman y que evoca el incierto “camino del alma”. La variedad de estilos de las obras, ha añadido Carrasco, permite a la parte coral “expresarse con una paleta tímbrica muy grande”. “Me gustaría que el público, aunque no entendiese el texto, pudiera captar a través de los colores del coro la profundidad del contenido y el sentimiento de lo que cantaremos”, ha comentado la directora.
La EGO teje relaciones
En este 25º aniversario, la EGO ha estrechado lazos con instituciones culturales referentes en el sector. Por ejemplo, durante el mes de agosto, dentro de la programación de la Quincena Musical, el conjunto actuó junto a la Joven Orquesta de Canarias. Además, durante 2022 cuatro intérpretes de la EGO han participado en el prestigioso Festival de Salzburgo junto la Mahler Youth Orchestra y otros dos colaboraron en la gira de verano de la European Union Youth Orchestra.