El panorama del emprendimiento en Euskadi ha experimentado cambios tras la pandemia, con mejoras que deben su origen a las reformas de años precedentes aunque también con "déficits históricos" que tienen que ver con el difícil asentamiento de una cultura emprendedora entre los jóvenes y una "tendencia creciente" al envejecimiento de este sector. Son algunas de las conclusiones del XIX Informe GEM (Global Entrepreneurship Monitor) elaborado por el Observatorio Vasco del Emprendimiento en colaboración con la UPV-EHU y Mondragon Unibertsitatea.
La presidenta del Observatorio, María Saiz, destacó hoy en Bilbao, durante la presentación del documento, que los datos, extraídos a partir de más de 4.000 entrevistas, ofrecen una "evidencia reiterada" que ratifica los principales ejes de anteriores informes. Euskadi dispone de unas "excelentes" infraestructuras y una importante red de apoyo institucional que hacen que disponga de un ecosistema emprendedor "de referencia", con una valoración en la Tasa de Actividad Emprendedora (TEA, por sus siglas en inglés) que la hace liderar el ranking estatal (5,2% frente al 4% estatal) y que es similar a la de Estados Unidos. Al mismo tiempo, no obstante, persiste la existencia de un contexto "que no consigue impulsar de manera decidida valores de cultura emprendedora", en especial entre la juventud.
El perfil del emprendedor vasco es el de una persona de entre 40 y 45 años, con estudios universitarios o superiores. El informe constata que se ha reducido la brecha de género en cuanto a variables numéricas -es similar el porcentaje de hombres y mujeres que emprenden-, pero por otra parte la desigualdad se aprecia en factores como el mayor capital inicial con el que cuentan los hombres en sus proyectos. Actualmente, la media de ese capital es de unos 15.000 euros.
El informe constata que, desde la pandemia, han decrecido motivaciones para emprender como la creación de riqueza o la mejora de oportunidades, al tiempo que se eleva el porcentaje de quien aducen como principal razón el hecho de que el emprendimiento "es la vía para ganarse la vida ante la ausencia de otro trabajo". Una señal de que se está asociando este concepto a la urgencia laboral, algo que, de no ser bien planteado, puede conducir al descarrilamiento del negocio.
Es precisamente el miedo al fracaso la gran "barrera" cultural que sigue existiendo como obstáculo al emprendimiento, y es más acusada entre las mujeres, según la encuesta del informe. El documento, asimismo, refleja la mejora del emprendimiento en Euskadi en sectores vinculados a la industria y las tecnologías, así como el creciente grado de innovación, pero recalca que se necesita fomentar una mejor cultura emprendedora desde la educación primaria y secundaria, ya que Euskadi ocupa el penúltimo lugar en lo que concierne a la TEA de la población entre 25 y 34 años. Para ello, insistió Saiz, se requiere "legitimar y visibilizar" la figura del emprendedor.