El Eibar aguanta con nueve

El Eibar sumó un valioso punto en La Romareda en un partido en el que tuvo que sobreponerse para aguantar en el tramo final con dos jugadores menos al sufrir dos expulsiones, una en la primera parte (m. 40) y la segunda a falta de trece minutos, además de los nueve de prolongación. Un empate ante un buen Zaragoza que intentó lograr el tanto de la victoria por todos los medios aunque sin éxito gracias al buen hacer del entramado defensivo organizado por Gaizka Garitano.

Para el conjunto armero, el empate es oro teniendo cuenta su clara situación de inferioridad numérica durante muchos minutos y además le permite seguir pugnando por la segunda plaza, de la que se sitúa a dos puntos mientras que el liderato lo tiene a cuatro desde la cuarta posición en la que se encuentra tras este partido en la clasificación.

El inicio del juego conllevó un mayor dominio del balón del equipo visitante pero sin crear peligro, lo mismo que los propietarios del terreno. El fútbol era muy táctico con los dos equipos más preocupados de no desordenarse que de buscar con convicción el área rival, aunque a partir del minuto 20 el conjunto maño dio un paso adelante aunque sin ocasiones claras.

El partido comenzó a complicarse para el Eibar con la lesión del central Berrocal en el minuto 25 y la situación fue a peor cuando en el 40 su sustituto, Venancio, fue expulsado con roja directa tras revisar el colegiado a instancias del VAR un manotazo del portugués a Valentín Vada.

Gaizka Garitano recompuso el equipo pasando a jugar con tres centrales tras realizar dos cambios y se defendió con orden, lo que impidió al Zaragoza disfrutar de ocasiones de gol en toda la segunda parte.

El local Sergio Bermejo marcó en el minuto 63, pero el tanto fue anulado tras consultar el colegiado en el VAR por un manotazo previo del jugador zaragocista a su defensor.

Por tanto, la incapacidad local permitió al equipo guipuzcoano aguantar sin problemas y, tirando de experiencia y también de picardía, fue capaz de salvar un punto que le sabe a victoria. Sobre todo, después de todo lo que pasó en el campo.