El golpe de Estado protagonizado el miércoles por un grupo de militares de Níger, que mantienen retenido al presidente del país, Mohamed Bazoum, tiene lugar ante el ahondamiento de la crisis económica y de seguridad en el país, que hace frente a un incremento de las operaciones de las ramas de los grupos terroristas Estado Islámico y Al Qaeda. La asonada arrancó a primera hora del miércoles, cuando un grupo de miembros de la Guardia Presidencial –encabezada por Oumar Tchaini desde 2011– bloquearon los accesos al Palacio Presidencial en la capital, Niamey, e hicieron un llamamiento a los integrantes de las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional a sumarse a su levantamiento contra Bazoum.
Posteriormente, un grupo de militares compareció en la madrugada del jueves en la televisión nacional para anunciar la destitución del presidente nigerino, una declaración “suscrita” horas después por el Estado Mayor del Ejército, que dijo que busca “preservar la integridad del presidente” y “evitar un enfrentamiento mortal (...) que derive en un baño de sangre”.
Las horas que pasaron entre la sublevación y el anuncio oficial estuvieron marcadas por la incertidumbre, con informaciones contradictorias sobre las intenciones de los militares y sin que hasta ahora haya datos sobre posibles víctimas. Asimismo, decenas de personas se manifestaron en Niamey para protestar contra la asonada y exigir la liberación de Bazoum, si bien la protesta fue inmediatamente disuelta.
La junta militar golpista nigerina hizo un llamamiento a la calma a la población y a abstenerse de realizar actos de vandalismo, después de las manifestaciones violentas. El coronel Amadou Abdramane, en nombre de la junta en el poder, autodenominada Consejo Nacional para la Salvaguardia de la Patria (CNSP), advirtió de que “se han constatado comportamientos que afectan a la integridad física de personas y de sus bienes a través de manifestaciones”.
“El CNSP llama a la población a la calma y a abstenerse de todo acto de vandalismo que destruya bienes públicos y/o privados”, continúa el comunicado, que añade que “las Fuerzas de Defensa y de Seguridad han recibido instrucciones para hacer lo necesario para mantener segura a la población y sus bienes”.
En otro comunicado difundido ayer por la junta militar, se informa de que “los partidos políticos están suspendidos hasta nueva orden”.
Acusaciones a Francia
Además, la junta golpista difundió un tercer comunicado en el que acusa a Francia de hacer aterrizar un avión de transporte militar de tipo Airbus A400M en el aeropuerto internacional de Niamey a pesar del cierre de fronteras decretado por los militares. En total, la junta emitió seis comunicados. En los otros tres, leídos anoche por el coronel Abdramane delante de una decena de militares de diferentes cuerpos, anunciaba que había derrocado al presidente, suspendido las instituciones de la República, decretado el cierre de fronteras terrestres y aéreas y dispuesto un toque de queda nocturno, sin que estén claros los motivos del levantamiento, que ha derivado en el establecimiento de una junta militar.
Estas acciones provocaron una catarata de condenas por parte de la comunidad internacional que reclamaron la liberación de Bazoum y la conservación del orden constitucional. Niamey es un aliado clave de varios países occidentales, incluidos Estados Unidos y Francia, en la lucha contra el yihadismo y había evitar la inestabilidad política.