El embalse de Yesa se encuentra a un nivel de llenado de 52,9 hectómetros cúbicos, el quinto dato más bajo desde que se tienen registros y el más bajo de los últimos 21 años.
En comparación con los datos que registraba el embalse hace un año, que eran de 71,3 hectómetros cúbicos, Yesa ha bajado en 18 hm3, y en 39,2 con respecto a la media de los últimos cinco años.
El agua de boca está garantizada y con la campaña de riego ya finalizada, la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) espera que el otoño sea lluvioso para poder recuperar los niveles habituales y que el verano que viene no se sufra por escasez.
Durante esta campaña de riego se han tenido que hacer ajustes debido a la escasez del pantano y ha terminado 15 días antes de lo previsto.
Con datos del mes de agosto facilitados a EFE, cuando el nivel del embalse era de 173 hm3, con un 39 % de llenado, ya era el dato más bajo de los últimos 20 años y el segundo más bajo de los últimos 25. 2002 fue el único año con menor volumen de agua en ese mes, de 145 hectómetros cúbicos, un 32 %. En octubre, cuando se registró el mínimo de ese año, era de 69 hm3, superior al actual.
El año hidrológico 21-22 ha estado marcado por las crecidas extraordinarias de diciembre de 2021 y la sequía prolongada de este verano. En la actualidad, los embalses reflejan la reducción de las aportaciones por las bajas precipitaciones durante parte del invierno, casi toda la primavera y el verano.
En el cómputo general, las reservas de los embalses se sitúan por debajo de los 2.900 hm3 (37 %), inferiores a la media de los últimos 5 años, que es de 4.200 hm3 (53 %). El año comenzó con unas reservas de 4.080 hm3 (51 %).
Según los índices de escasez del Plan Especial de Sequía de la Cuenca del Ebro, que analizan la falta de capacidad coyuntural de un sistema de explotación para atender las diferentes demandas, la cuenca del Aragón y Arbas, así como el Segre y el Bajo Ebro, se encuentran en emergencia por la baja situación de reservas.
Durante el verano, Bardenas, Segre y Bajo Ebro han llegado a situación de emergencia, lo que obligó al establecimiento de prorrateos y repartos de dotaciones.
Los acuerdos de gestión y explotación adoptados a lo largo de la campaña han permitido atender con garantía todos los abastecimientos y usos industriales, y se ha salvado la campaña de riegos, a pesar de las dificultades, reduciendo posibles pérdidas de cosechas en el regadío, según afirman desde la CHE.
En el conjunto de octubre, noviembre y diciembre, el delegado de Aemet en Navarra, Peio Oria, prevé temperaturas "más altas de lo habitual", y en cuanto a las precipitaciones los modelos no dan un "indicio claro" sobre las precipitaciones.
"No está tan claro, pero parece que en nuestra región podríamos tener un trimestre con precipitaciones próximas a lo habitual", afirmó en rueda de prensa el pasado mes de septiembre coincidiendo con el cambio de estación, tras apuntar que "no se ven indicios de que vaya a ser un trimestre muy seco ni muy lluvioso" y que es posible que las precipitaciones "se acerquen a la climatología esperable".