Karlos Arguiñano, el popular chef y referente culinario, continúa siendo una figura clave en la nuestra gastronomía. Cada Navidad, su libro de recetas se convierte en un éxito de ventas, y este año no ha sido la excepción con su nuevo lanzamiento "545 recetas para triunfar". Con su estilo característico, sencillo y accesible, el cocinero ofrece una amplia gama de platos, desde aperitivos hasta postres, ideales para cualquier ocasión.
En una reciente entrevista, Arguiñano aprovechó para lanzar duras críticas a una práctica que considera inaceptable en la cocina. A sus 76 años, el chef se muestra como un defensor de los valores tradicionales de la cocina y de la limpieza, además de compartir con su audiencia algunos aspectos entrañables de su vida familiar y su filosofía de trabajo.
La "auténtica guarrada" que molesta a Arguiñano
Uno de los momentos más destacados de su intervención fue cuando el cocinero se mostró visiblemente molesto con una práctica común que, según él, es "una auténtica guarrada". Se trata del hábito de tirar el aceite usado por el fregadero. Arguiñano no dudó en calificar este comportamiento como una falta de higiene y respeto por el medio ambiente. En su opinión, el 90% de la gente aún comete este error, sin ser conscientes de las consecuencias que esto tiene para las tuberías y el sistema de alcantarillado. "El colesterol nuestro es el que transmitimos a todas las tuberías de la casa", aseguró, aludiendo a la grasa acumulada que obstruye los conductos.
En tono enérgico, recordó la importancia de disponer de un bote o recipiente específico para almacenar el aceite usado y llevarlo posteriormente a un punto limpio para su adecuado reciclaje. Para él, la limpieza en la cocina no es solo una cuestión estética, sino también de salud y sostenibilidad. Este tipo de actitudes, junto con su constante llamado a mejorar la calidad de vida, son una de las razones por las que Arguiñano ha ganado el cariño del público a lo largo de los años.
El regalo navideño de Karlos Arguiñano para sus nietos
Además de ser un experto en la cocina, Karlos Arguiñano también es un hombre muy vinculado a su familia. En cada Navidad, una de las tradiciones más especiales en su hogar es el intercambio de árboles como regalo. Cada miembro de la familia, desde los hijos hasta los nietos, planta un árbol en el jardín de la casa de campo que Arguiñano comparte con su familia. Este gesto simbólico no solo fortalece los lazos familiares, sino que también tiene un profundo significado: ver cómo los árboles crecen con el paso del tiempo, al igual que la propia familia.
"Cada año, cada hijo, cada nieto planta un árbol", explica el chef. A día de hoy, en su finca ya hay más de 300 árboles plantados, una auténtica muestra de la conexión con la naturaleza y con las generaciones futuras. Esta tradición ha ido más allá del simple acto de regalar, convirtiéndose en un hermoso testimonio del paso del tiempo y la importancia de cuidar el entorno natural. Los frutos de estos árboles no solo simbolizan el crecimiento personal y familiar, sino también la belleza de ver cómo algo pequeño se convierte en algo grande y significativo con el tiempo.
La trayectoria de Karlos Arguiñano: un referente en la cocina
Karlos Arguiñano es, sin lugar a dudas, una de las figuras más emblemáticas de la cocina. Con más de 40 años de carrera, el chef se ha convertido en un referente para varias generaciones, tanto en la televisión como en la cocina casera. Su estilo sencillo y cercano, que busca siempre acercar la alta cocina a la gente, ha sido clave en su éxito.
Además de su trabajo televisivo, Arguiñano ha dejado una huella profunda en la gastronomía a través de sus libros, con los cuales ha logrado vender millones de ejemplares en todo el mundo. Su popularidad no solo radica en sus recetas, sino también en su carácter afable y su pasión por enseñar a cocinar. Aunque comenzó su carrera en la hostelería, fue en la televisión donde alcanzó la fama, especialmente con su programa 'Karlos Arguiñano en tu cocina', que lleva décadas siendo un éxito en la pequeña pantalla.
Sus hijos son quienes ahora se encargan del restaurante que fundó frente al mar en Zarautz. A pesar de su edad, Arguiñano no piensa en la retirada. Se siente más activo que nunca, afirmando que sigue en su mejor momento, tanto en lo personal como en lo profesional. Su enfoque de vida es claro: disfrutar de las pequeñas cosas, rodearse de los seres queridos y seguir compartiendo su amor por la cocina con el mundo.
Karlos Arguiñano sigue transmitiendo sus enseñanzas sobre la cocina, la limpieza y la familia. Con su reciente libro, sus tradiciones navideñas y su visión sobre la vida, el chef sigue siendo un ejemplo de cómo la pasión por lo que se hace y el cuidado de los demás pueden dejar una huella duradera.