El envase de una tobillera en el que absolutamente todo está mal

Cuando se vende, o se intenta vender, un producto, una de los aspectos importantes que hay que tener en cuenta es el envase, el envoltorio, la caja en la que llega a nosotros. Se trata de que resulte atractivo visualmente y a la vez muy claro, que deje claro lo que hay dentro sin ofrecer ninguna duda que pueda hacer que el comprador no se lance a adquirirlo.

Un envase lleno de fallos

Que el envase sea llamativo es más importante para productos que se compran por capricho, pero para los que se adquieren por necesidad o por salud lo imprescindible debería ser su claridad, que no resulten confusos, que se sepa claramente qué se está comprando y cómo es sin necesidad de abrirlo.

Parece que eso no lo han tenido muy en cuenta al diseñar el embalaje de una tobillera. Nadie compra una por gusto, con lo que no es necesario que nos resulte llamativo. Pero sí se esperaba que fuera totalmente claro. Y está claro que no es el caso. Para empezar, error imperdonable, porque la palabra más grande y más importante que aparece en la caja tiene una errata: ‘TOLBILLERA’, pone, todo en mayúsculas, con una ‘L’ que claramente sobra.

Las fotos confunden aún más

Un fallo que puede achacarse al desconocimiento del idioma, porque muchas veces estos productos, que también se venden en bazares, están fabricados en otros países. Pero lo más grave no es eso, sino que en la foto grande que ilustra el envase no se está utilizando esa prenda en el tobillo, sino a la altura del gemelo, con lo que ya entra la duda de si lo que hay dentro es realmente una tobillera o no; si prima la palabra o la imagen.

Hay más: en la caja aparece otra imagen, de una mujer que teóricamente debería estar haciendo uso de ese producto. Pero no. Lo que lleva es una faja en la cintura, algo que no tiene mucho sentido y que si acaso incrementa la confusión. De ahí que chirríe aún más el último elemento que se ve en el envase, una especie de eslogan: ‘Productos de confianza’, pone, también escrito en mayúsculas. Mucha desde luego no inspiran.

La foto ha sido compartida en la red social X (antes conocida como Twitter) por la cuenta Masters of Naming, que se dedica a subir contenido relacionado con anuncios, rótulos, nombres de comercios, etcétera que llaman la atención por su originalidad, ya sea para bien como para mal.